Las crisis de Europa // Europa: Aprender de los errores
Europa vive agobiada por múltiples crisis, pero tiene futuro si corrige sus errores.
Tras una exposición exhaustiva y rigurosa de las sucesivas crisis que asfixian la Unión Europa y sus efectos demoledores para los ciudadanos, los autores dejan un pequeño margen para la esperanza al proyecto político más importante del último siglo. La condición para que se materialice esta confianza es que las personas que deben crear el futuro europeo “aprendan de los fracasos del pasado, que reconozcan la medida en que las crisis que han asolado la UE son el resultado de los defectos de construcción”.
Las crisis de Europa Manuel Castells et al. (eds.) Alianza Editorial, 2018 Páginas: 648 Precio: 25 euros |
La obra, dirigida por el profesor Manuel Castells, constituye un excelente material de trabajo para profundizar en la naturaleza de las diferentes crisis que afronta Europa, muchas de la cuales están vinculadas a los fallos de su construcción. Por este motivo resulta una obra especialmente necesaria para todas personas interesadas en la recuperación o reconstrucción del proyecto europeo.
En el libro hay unas ideas dominantes que enhebran un discurso bien articulado a lo largo del texto. En primer lugar, el autor justifica el título Las crisis de Europa en plural “porque la crisis desbocada de la Unión Europea como sistema institucional surge de la convergencia de múltiples crisis (financiera, monetaria, industrial, social, política, ideológica, moral, geopolítica, migratoria) diversas, interrelacionadas, que se solapan y se alimentan entre sí, pero que al mismo tiempo tienen orígenes y desarrollos diferenciados”.
Una segunda idea muy presente es el carácter voluntarista del proyecto. Así se recuerda que la idea original de establecer un proyecto defensivo para evitar el estallido de otra guerra fue “utilizado por unos pocos dirigentes visionarios para plantear un proyecto utópico”. En otras palabras “se trataba de un proyecto de las élites políticas y económicas, sin una verdadera participación, ni un compromiso, ni una plena comprensión, de la mayoría de los ciudadanos”.
En esta perspectiva de deficiente construcción, “de arriba abajo”, hay que destacar el análisis del déficit democrático de la Unión. Este déficit, según Castells, fue detectado por los ciudadanos que veían con reticencia que “sus vidas dependieran de las decisiones tomadas por una burocracia europea anónima, a duras penas controladas por el Parlamento Europeo”. Para el coordinador de la obra, se ha producido una brecha entre los ciudadanos y el Parlamento Europeo, que solo refleja de forma indirecta a los electorados nacionales. Pero sobre todo lo más inquietante es la grieta mucho mayor que según los autores se ha abierto entre la poderosa burocracia de la Comisión Europea y los ciudadanos y medios de comunicación de cada país.
Déficit democrático y soberanía están estrechamente relacionados. Para Castells “la transformación del poder local y nacional en poder de la Unión Europea, con el creciente traspaso de soberanía, creó a lo largo del tiempo un déficit democrático de representación en los países de la UE”.
CONSTRUIR DESDE ABAJO: Para el profesor Castells la integración europea será más efectiva si se realiza desde abajo a través de formas de colaboración activas como el programa Erasmus
El libro presta especial atención al crecimiento de las debilidades del proyecto europeo consecuencia de las crisis financiera y económica desatada a raíz de la Gran Recesión de 2007. Esta crisis, además, ha provocado una profunda división entre los países del norte y del sur. Resultan particularmente valiosos los capítulos dedicados a analizar los efectos de la austeridad, en especial sobre la salud de los ciudadanos más vulnerables de determinados países.
Sobre este enfoque es muy ilustrativa la inclusión del capítulo titulado: El sufrimiento: Los costes humanos y sociales de la crisis económica. Se trata de un apartado que incluye un trabajo de campo que recoge el resultado de 60 entrevistas a víctimas de la crisis realizadas por la antropóloga Eirini Avramopoulou, formada en Atenas y en Cambridge, y la socióloga Silvia Pasquetti, que realizó sus estudios en Florencia y Berkeley. Sus entrevistas ponen rostro humano a la crisis y explicitan de manera directa los argumentos sobre la pérdida de confianza en Europa. Sus relatos reflejan los efectos devastadores de la debacle económica y la sensación de “enfado, decepción, depresión y desesperación”, que han sufrido los perdedores de la crisis.
Esta crisis ha tenido efectos muy desiguales en Europa. Hay que tener en cuenta que entre 2008 y mediados de 2014, se perdieron 3,4 millones de empleos en España, 1,2 millones en Italia y 1 millón en Grecia, mientras que en Alemania el número de empleos aumentó en 1,8 millones.
Finalmente, resulta relevante la cuestión de la identidad europea, que para Castells es “el talón de Aquiles de Europa”. En su opinión la identidad es crucial para el futuro de la UE. Sin embargo, señala que las evidencias de que disponemos son que la mayoría de ciudadanos europeos poseen múltiples identidades y que la identidad nacional tiende a ser más relevante que la europea. Es significativa la reflexión del autor, que precisa: “no es posible crear, artificialmente, una identidad europea, pero las instituciones europeas podrían contribuir al desarrollo de una serie de mecanismos que, en sus propias dinámicas, configurarían el embrión de ese sistema compartido de valores a lo largo y ancho de Europa. Dedicándonos a la experimentación social, dejando que la sociedad evolucione por sí misma, pero contribuyendo a la constitución de una sociedad civil europea, es como podremos asistir a la aparición de una nueva identidad europea fuerte en un futuro inmediato”.