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Lecciones de alfabetización ecológica

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Enero 2022 / 98
Los cinco elementos
Yayo Herrero
Arcadia, 2021
142 páginas
16 euros

La investigadora y comprometida activista Yayo Herrero ha superado con notable éxito el desafío de explicar con la máxima sencillez, rigor y brevedad la creciente desestabilización que sufre el planeta como consecuencia de un capitalismo basado en un crecimiento sin límites. En este libro expone con sobrecogedores argumentos la urgencia de hacer frente “al capitalismo mundializado que está descuajaringando las reglas que han organizado el mundo durante miles de años”.  Con un dato clarifica el mundo en que vivimos: “Si toda la población del planeta viviese como la media de una persona en España, harían falta casi tres planetas. Lo que unos tienen de más sale de la tierra que otros pierden”.

Los cinco elementos sobre los que Herrero reflexiona son el agua, la tierra, el fuego, el aire y la vida, aspectos de la naturaleza que han quedado ocultos cuando se coloca el dinero en el altar. El relato está sazonado con intensas experiencias personales que ponen de relieve que la defensa del medio ambiente no va solo de sesudos estudios científicos o conferencias internacionales, sino que requiere también un compromiso personal como ha sido el suyo en Ecologistas en Acción, su casa.

El agua encabeza sus preocupaciones. España, recuerda, la autora, tiene el 20% menos de agua disponible que hace 30 años y, sin embargo, ha incrementado el 20% las tierras de regadío en los  últimos 18. La escasez de agua por persona es especialmente grave en el África subsahariana, donde ha disminuido el 41%. En su opinión, entre las causas estructurales del declive del agua están los delirios tecnoutópicos, el ecocidio y las lógicas de acumulación por desposesión , pero, sobre todo, la incapacidad de nuestra cultura para sentir hasta qué punto somos agua”.

Sobre los daños de la contaminación del aire, recuerda que en la civilización industrial, “el capital se abrió paso a machetazos contra los pulmones de los trabajadores y trabajadoras y los pulmones de la tierra”. Concluye: “la supremacía del capital y el aire libre no son compatibles” y recuerda que cada año mueren prematuramente en España 30.000 personas por la contaminación del aire.
Al fijarse en la tierra, destaca la interacción existente de los organismos del suelo entre sí y con las plantas y los animales. La autora considera fundamental mantener una interacción adecuada para la producción de alimentos. Y advierte: “Si se sigue destruyendo el sustrato vivo del planeta, en los próximos 20 o 30 años solo por esta causa dispondremos del 30% menos de alimento”.

La lección que mejor sintetiza la obra, inspirada en la bióloga estadounidense Lynn Margulis, es que “la vida no conquistó el planeta mediante combates, sino gracias a la cooperación”.  “Nosotros mismos, los humanos”, precisa Herrero, “estamos habitados por millones de bacterias que cooperan con nosotros”. Una tesis menos difundida porque la literatura científica ha destacado la supervivencia del más fuerte quizá porque encaja mejor con una organización social que legitima la competencia y la explotación de todo lo vivo por parte de quien tiene más poder”.