Mujeres sin hogar
Hay mujeres que no pueden abrir amablemente su casa a quien las visite. Es que no tienen. Sucede en España, pero también en Colombia, África del Sur, California, Egipto y China. Muchas de ellas inmigrantes, tuvieron algo parecido a su espacio hasta que la pandemia las dejó sin empleo y sin destino.
Bajo la coordinación de Lula Gómez, el libro Sin habitación propia sirve un relato por debajo de los discursos oficiales. En China, por ejemplo, el sinhogarismo no existe, pero centenares de millones de mujeres se desenvuelven en infraviviendas, miniespacios sin privacidad y, a veces, insalubres, según escribe Dolors Rodríguez, una de las autoras, junto con Carla Fibla, Eileen Truax, Nuria Tesón y Laila Abu Shihab.
En el libro, cofinanciado mediante una campaña de micromecenazgo, las autoras proyectan luz y ponen nombre a una larga lista de mujeres inmersas en una moderna esclavitud, sin tiempo para la autocompasión. "Están a 13 metros y no las vemos", sentencia Gómez en una obra que no deja espacio a la indiferencia.