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Reformas o declive // La modernidad de Rosell, austeridad y reformas

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Septiembre 2013 / 6

Juan Rosell cita a Enrico Berlinguer para defender la austeridad como arma de desarrollo social y expansión de la democracia.

El hecho de que un ex secretario general del Partido Comunista Italiano (PCI) haya sabido subrayar, lo mismo que el peligro del ahogo, el lado bueno del saneamiento, es una baza estupenda para el actual presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, que en su último libro llama a combatir contra el “primer problema” del país (el paro) “desde todos los frentes”, con soluciones “viejas o nuevas”, “probadas o arriesgadas”, “vengan de donde vengan”. El autor sugiere que son tiempos pragmáticos, no de “hipotecas ideológicas” ni “urticarias intelectuales”. Solo importa ver qué funciona ante la crisis. 

APUESTAS En su libro, el presidente de la ceoe pide una Administración que funcione como una empresa y una reforma fiscal que no penalice a quienes creen empleo

El lector, pues, queda ya advertido desde el principio: o está dispuesto a vivir una experiencia fuerte con la mente abierta (de minijobs para arriba) o mejor cambia de lectura. Sin embargo,  quienes hayan seguido a Juan Rosell en los últimos veinte años no encontrarán tantas ideas y reflexiones nuevas en Reformas o declive. Algunas, además, suenan cada vez más a lo que está por llegar. Por ejemplo, la culpa de todo la tiene el despilfarro, sobre todo la incapacidad de controlar los gastos por parte de las administraciones públicas (véanse los aeropuertos sin pasajeros y los polideportivos vacíos). Si se han desplomado los ingresos, pues habrá que repensar el sistema fiscal. Pero en esencia, para no perjudicar a quienes generan empleos (se deduce que las empresas, y por tanto se infiere que reclama disminución de impuestos para estas). La Administración debe gestionarse como una empresa (una empresa ideal, supuestamente eficaz, sin duplicidades), que se reestructura de forma permanente adaptándose a la realidad del mercado, y la burocracia y el exceso de leyes deberían ser de otro mundo. De la loable economía alemana, lo que más abunda en el libro de Rosell es la reforma laboral que lideraron los socialdemócratas, que han puesto en mejor posición al país, aunque hoy el ex canciller Gerhard Schroeder haya cuestionado los efectos no deseados de la iniciativa (precarización de una parte del mercado laboral, aunque el paro sea muy bajo y la economía  sin duda vaya mejor).

Reformas o declive 
Juan Rosell
Deusto (Grupo Planeta) 
318 páginas 2013 
Precio: 19,95 €

Pero el empresario catalán juega a los equilibrios. Compensa cada afirmación con otra. Si afirma que esta época viene marcada por “la libertad económica”, de inmediato añade que también “por la solidaridad”.  Si alude a escándalos en las empresas y reclama “cierta conciencia social, aunque sea por ley, que evite excesos y abusos” (¿se referirá a su predecesor Díaz-Ferrán?),  en seguida loa a los “héroes anónimos” (empresarios) “que no lucen”. Considera “máxima prioridad” la red de seguridad de la prestación del paro y a la vez invita a una cruzada contra la irregularidad por quien lo cobra y no debería. Contra la economía irregular.  Sin embargo, Rosell  en toda la obra no alude a la caza mayor, a los delincuentes fiscales que mueven millones. Si los empresarios sufren porque la banca no les da crédito, echa balones fuera. Deberán buscar financiación en otra parte.

El libro, no obstante, plantea aspectos interesantes (además de un compendio de valiosos gráficos para seguir la crisis en España y el resto de Europa), sobre todo cuando uno sigue el índice del libro: es difícil discrepar de “legislar menos, legislar mejor” o de la refundación no solo sindical, sino patronal. Reconoce que exportar es únicamente parte de la solución. Reivindica la competitividad  basada en la inversión en I+D+i. Pide que se reindustrialice España, y apunta que hacen falta reformas.