5 —ECONOMÍA DE GUERRA // Día 17
Hoy se ha hecho público el plan de choque del Gobierno, bastante sensato dada la situación: trata de garantizar rentas a quien pierda el empleo (aunque llevara pocos meses contratado) y aportar financiación a las empresas. Su coste y su viabilidad dependen de algo incierto: cuánto durará la situación. La presunción del Gobierno es no dejar a nadie fuera, pero en las circunstancias actuales es más un buen deseo que una realidad. Entre los olvidos, mientras se bloquea el pago de hipotecas, está la gente que vive de alquiler, mucha expulsada de su anterior vivienda. Y las prestaciones de los ERTE no cubren a los que perdieron el empleo o estaban a la espera de uno nuevo, especialmente, a muchas personas sin papeles ni empleos regulares, cuya situación económica pasa de drama a tragedia. Y es que un sistema de protección social basado en el empleo y la nacionalidad es incapaz de cubrir a la gente en el margen. Habrá que exigir una segunda ola de acciones. Y es que en una economía de guerra lo que suelen hacer los Estados es movilizar todos los recursos posibles en pos de la victoria. Lo que ocurre es que no estamos en una contienda bélica, sino en una lucha por la salud y el bienestar.