69 — CARADURAS // Día 21
Los momentos de gran confusión son ideales para colar cosas de tapadillo. Hace años un amigo me lo explicó con sencillez: “La mejor forma de pasar un elefante de contrabando es provocando una estampida de elefantes en la frontera. Alguno pasa”. Es parecido a lo que cuenta un capo del narco en Traffic: saturamos la frontera de envíos, muchos los pilla la policía, pero otros acaban colando.
Estos días en que el foco está en el virus ya acumulamos ejemplos de personajes que utilizan la situación tratando de que la gente se olvide de sus fechorías.
Primero fue la Casa Real. Aprovechando los momentos más dramáticos del confinamiento se publicó la noticia de los 100 millones de dólares, se supone que procedentes de Arabia Saudí, que el antiguo monarca donó a su examante y por lo que es investigado en Suiza. El Rey actual emitió un comunicado anunciando algo que podía hacer —dejar sin paga a papá— y algo que no —renunciar a una herencia en vida— y tratándonos de tontos al no explicar por qué había tardado tanto en comunicar el affaire. Después, cuando se ha vuelto a saber que el emérito era adicto a la exportación de moneda al país helvético y tenía el mismo intermediario financiero que la banda de la Gürtel, ni eso. A esperar que la tormenta covid dure y que cuando escampe la gente se haya olvidado del caso.
El que ahora ha tratado de repetir jugada es Artur Mas. La semana pasada conocimos la sentencia definitiva del caso Palau, que confirma la dictada hace más de un año, que dejaba patente que el saqueo había sido posible porque los máximos inculpados habían actuado como intermediarios de los sobornos que recibía Convergència Democràtica por parte de Ferrovial.
Mas ya ha salido dando lecciones y diciendo que como él no ha sido condenado, pues nada, y que el partido ya ha pagado. Olvida los numerosos casos pendientes, los del 3% que aún están en proceso de investigación y que muestran que en esto de la corrupción PP y CDC mantenían una competición similar a la del Barça-Madrid. Pero es que, además, pretende que nos olvidemos de que fue su Gobierno el que recortó con ahínco el gasto en sanidad y educación y promovió las privatizaciones. Es el responsable de que ahora hayamos tenido que enfrentarnos a la pandemia con medios insuficientes. Debe de pensar que, además de ser una grave afección, la covid afecta a la memoria.
Solo me faltaba oír hoy que la UE critica la falta de medios sanitarios, cuando fue la política decretada en Bruselas la que forzó y dio cobertura a los recortes, otros que aparentan responsabilidad para tapar sus propias vergüenzas.
Generar ruido, crear espectáculo es una vieja técnica de manipulación. Como la que aplican los magos cuando consiguen colarnos el truco porque estamos mirando a otro lado. Algunos están tratando de utilizar el dolor y la preocupación por el virus para fabricarse un lavado de imagen. Otros, como la presidenta de Madrid, generan polémicas a las que nos encanta entrar para que olvidemos evaluar en serio su gestión. Son profesionales del engaño, pero solo les funciona si nos dejamos caer en su juego.