El factor humano
Dentro de una disciplina tan errática y subjetiva como la economía, el elemento menos predecible es el humano. Aunque son las personas, con su talento y sus mitos religiosos y culturales, las que fabrican (o destruyen) los sistemas sociales, la riqueza y el bienestar, nunca es posible adivinar qué tipo de gente le conviene a un país. ¿Gente bien formada técnicamente? A veces, sí. Otras veces, la peor chusma, la más ignorante y andrajosa, ofrece resultados sorprendentes.
Un ejemplo de ello, entre los muchos posibles, lo ofrecen las migraciones judías de finales del...