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China pone un pie en Centroamérica

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Julio 2013 / 5

Desde San José

El país asiático logra grandes acuerdos en Costa Rica y se abre paso en una región muy vinculada a Estados Unidos.

Cumbre empresarial Costa Rica-China. FOTO: COMEXCR

Una visita de un día y medio fue suficiente para que el Gobierno chino consolidara su posición en Costa Rica, una región de poderosa importancia geopolítica. Varios préstamos y donaciones del gigante asiático sedujeron a la pequeña república .

Cuando el presidente chino, Xi Jinping, aterrizó en San José de Costa Rica el pasado 2 de mayo, llevaba los bolsillos llenos y un boceto mental claro: conseguir que las empresas chinas se insertaran no solo en Costa Rica, sino en toda Centroamérica. Le bastaron menos de 36 horas para dejar amarradas tres ventajosas líneas de crédito ligado; es decir, bajo la condición de contratar a empresas chinas para llevar a cabo los proyectos (operarios, materiales y diseños). El valor total del préstamo suma 1.050 millones de euros y varias donaciones.

Costa Rica es importante en el plano centroamericano porque es el único país de toda la región —tradicionalmente ligado a Estados Unidos— que reconoce oficialmente a Pekín.

Por eso, desde que se bajó del avión, el mandatario asiático caminó por San José con un ojo puesto en los políticos locales y otro en los gobiernos regionales. Unos días antes, el Gobierno hondureño había retirado a su embajador en Taipei. Además, a mitad de junio, la Nicaragua del ex revolucionario izquierdista Daniel Ortega había dado una concesión para construir un gran canal interoceánico a un empresario privado de Hong Kong —aparentemente no relacionado con el Gobierno chino— por 30.000 millones de euros.

En Costa Rica, China  eligió bien sus inversiones: energía y transporte. 

En la parte energética, optó por el proyecto más ambicioso del país: la modernización y ampliación de la Refinadora Costarricense de Petróleo, cuya inversión total suma 1.025 millones de euros (lo que representa el 3,5% del PIB costarricense). De ese dinero, China aporta 674 millones de euros en infraestructuras; más 300 millones que llegan indirectamente, pues están destinados a mejorar la ruta que conecta la capital con Limón, principal zona económica costera y donde se encuentra la planta. El puerto en el Caribe adquiere doble relevancia porque por ahí sale más del 80% de las exportaciones costarricenses. 

China ya había invertido en Costa Rica en otras ocasiones, y la Refinadora y la Corporación Nacional Petrolera de China (CNPC) habían inscrito una sociedad conjunta en 2009. No son inversiones a fondo perdido. De hecho, el negocio está asegurado. Tras finalizar la obra, el Gobierno deberá pagar a esa sociedad conjunta en concepto de alquiler de las instalaciones un total de más de 3.300 millones de euros durante 15 años.

Pekín dio a Costa Rica unos 1.050 millones de euros en ayuda ligada

El país es el único de Centroamérica que reconoce a China oficialmente

Pero invertir solo en hidrocarburos en un país que depende del turismo ecológico y tiene previsto ser Carbono Neutral para el año 2021, no está bien visto. El presidente Xi, previsor, trajo en la cartera una donación de 50.000 paneles solares que ofrecen un seguro de vida para las críticas.

Los cuestionamientos a la refinería abarcan desde sus estudios de factibilidad hasta su futuro. En todas la etapas del proyecto, desde análisis previos hasta la construcción, estarán involucradas empresas relacionadas a CNPC, que fue juez y parte en todo el proceso. 

En el ámbito del transporte, China dará un crédito por 76 millones de euros para renovar la flotilla de autobuses y taxis en el país, con modelos que se importarán de China. A esto también se le suman 4.000 ordenadores para escolares y ayudas para la academia policial.

El ansia de contagiarse de la fiebre china es evidente. Incluso Óscar Arias, ex presidente tico y gestor del cambio diplomático de Taipei a Pekín, aseguró que los gobiernos de la región le solicitaron ser intermediario ante el gigante asiático. 

Después de una jornada larguísima, el presidente Xi pudo irse tranquilo hacia México, el siguiente destino al  norte que le permitía la diplomacia centroamericana.