Un contrato contra muchos temporales
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La temporalidad copa el poco empleo que se crea y el mucho que se pierde. El contrato único divide, pero vamos hacia una simplificación contractual.Una guía atiende a turistas en la Sagrada Familia.FOTO: ANDREA BOSCH
Al coro de voces que sostiene que España mantiene un mercado laboral superrígido replica al instante otro coro de voces que dice que no, que nuestro mercado de trabajo ya es superflexible: ha demostrado que puede crear millones de empleos en tiempos de bonanza y también que puede destruirlos sin pestañear en fases de crisis. La cuestión es que el pulmón que le confiere dicha flexibilidad, y que por tanto daría la razón al segundo coro de voces, respira sobre empleos a trompicones: no solo vamos a la cabeza en paro, sino también en una lacra como es la temporalidad -rotación y, por ende, precariedad-, que perjudica especialmente a los jóvenes.
Entre los menores de 24 años, no hay país de la OCDE con una tasa de temporalidad superior a la...
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