21. Viajes largos
El turismo de masas tiene un fuerte impacto económico, social y medioambiental en las zonas de destino. Viajar de manera respetuosa con el entorno es posible si se adoptan una serie de medidas antes y durante el viaje. El objetivo es que el viajero disfrute de su experiencia y al mismo tiempo beneficie a la población de las zonas que visita, pensando siempre en la naturaleza y las futuras generaciones.
Los flujos turísticos contribuyen notablemente a la lluvia ácida, a la formación de la capa de ozono y al cambio climático, sobre todo por el consumo de combustible en la aviación y el transporte terrestre. Hay múltiples maneras de reducir esos impactos si el viaje se planea con antelación y se cumplen una serie de hábitos durante el mismo.
Economizar, reutilizar y reciclar son tres palabras clave a la hora de viajar de manera sostenible. A la hora de planificar el viaje, hay que tener en cuenta el uso eficiente de la energía y del agua, los métodos de eliminación de residuos utilizados por los medios de transporte y los alojamientos que elijamos. Conviene pensar también si nuestro viaje ayuda a fortalecer los esfuerzos por conservar el medio ambiente, especialmente en las zonas protegidas con abundante fauna.
‘Economizar’, ‘reutilizar’ y ‘reciclar’ son tres palabras clave a la hora de viajar de manera sostenible
Debemos asegurarnos de que la población local se beneficia del dinero que gastamos
La organización independiente y sin ánimo de lucro Ethical Traveler publica anualmente los 10 mejores destinos según sus estándares de protección medioambiental, bienestar social e historial de respeto a los derechos humanos. Los ganadores de 2016 son Cabo Verde, Dominica, Granada, Micronesia, Mongolia, Panamá, Samoa, Tonga Tuvalu y Uruguay.
Estos son algunos consejos para quienes opten por viajar de manera sostenible:
- Contratar los viajes con empresas que tengan en cuenta el impacto medioambiental, sociocultural y económico de su actividad.
- Asegurarse de que los habitantes de las zonas que visitamos se benefician del dinero que gastemos y de que los hoteles, tiendas o restaurantes a los que acudamos sean propiedad de empresarios locales que den empleo a trabajadores residentes en la comunidad.
Usar el transporte público ayuda a conocer gente y a disfrutar sin prisas de la cultura local
Comer alimentos producidos localmente es una buena forma de apoyar a los agricultores
- Respetar la cultura local e integrarse en la medida de lo posible en la vida cotidiana del lugar que visitamos. Ello nos ayudará a aprender nuevas costumbres y normas sociales. También es buena idea leer sobre la historia y aprender el idioma, aunque sean únicamente unas cuantas palabras.
- Utilizar el transporte público y desplazarse a pie o en bicicleta no sólo ayuda a reducir el impacto medioambiental del viaje, sino que aumenta las posibilidades de conocer gente y experimentar una cultura distinta sin prisas. En lugar de alquilar un coche, por ejemplo, se puede viajar en autobús o apuntarse a una excursión en bicicleta por el campo o la ciudad. Para los desplazamientos largos es mejor el tren, que permite disfrutar del paisaje y comunicarse con gente que viaje en asientos contiguos o en la cafetería.
- Utilizar botellas de plástico lo menos posible. Para ello se puede incluir en el equipaje un pequeño filtro para purificar el agua del grifo o tomar zumos de frutas.
- Comer alimentos producidos localmente es una buena forma de apoyar a los agricultores de la zona, probar nuevos sabores y, de paso, reducir la huella de carbono. Elegir restaurantes que ofrecen platos típicos o comida casera. No se deben comer especies en peligro de extinción.
- Elegir muy bien el destino si se quiere trabajar como voluntario. En Camboya, el gran número de viajeros dispuestos a ayudar hizo que florecieran orfanatos falsos para hacer negocio. Normalmente, son los centros de cuidado de animales o de la naturaleza los que ofrecen las mejores oportunidades para el trabajo voluntario. Antes de apuntarse o de donar dinero, hay que estudiar bien las opciones.
- Cuidado con las visitas a zonas habitadas por indígenas y con las excursiones que utilizan animales. Antes de tomar la decisión de apuntarse a una de ellas hay que pensar si beneficiamos a la población local.
- Dejar una huella de carbono lo más pequeña posible. No dejar que cambien las sábanas o las toallas todos los días en el hotel, darse duchas cortas y utilizar racionalmente el aire acondicionado.
- Reducir al mínimo la basura. Muchos países en desarrollo carecen de medios para eliminar o reciclar aparatos electrónicos, ropa de poliéster y baterías usadas. Si se quedan atrás, pueden acabar en vertederos y estar ahí durante cientos de años. Es mejor llevarse a casa el material contaminante. También se puede donar ropa a la población local a través de ONG locales u organizaciones religiosas.
- Ayuda con algún donativo en metálico a alguna organización local que ayude a los más necesitados de la zona.
APUNTES
The Ethical Traveler
http://ethicaltraveler.org/
Código ético mundial para el turismo
http://ethics.unwto.org/es/content/codigo-etico-mundial-para-el-turismo/www2.unwto.org/es