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Viajar pensando en el futuro

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Marzo 2016 / 4

El turismo es una de las mayores industrias del mundo en cuanto a volumen de negocio y también una de las que más impacto tienen en el medio ambiente. Unos 250 millones de personas trabajan en el sector, que supone el 11% del PIB mundial. Los viajeros llegan hoy prácticamente a cualquier lugar de la Tierra, y todos los países persiguen con avidez los ingresos que dejan en sus respectivos territorios.  El turismo de masas tiene efectos muy positivos —crea empleo, estimula las economías locales y mejora el nivel cultural tanto de los viajeros como de la población del lugar de destino—, pero también negativos,  pues aumenta significativamente el consumo de energía y de agua, los residuos y del uso del suelo. En su peor versión, puede incluso alterar los ecosistemas, provocar movimientos de población hacia las zonas de costa y fomentar el tráfico de personas o drogas.

El turismo sostenible es el que presta atención a los aspectos económicos, socioculturales y medioambientales de los lugares visitados. Quienes quieran viajar de esta forma tienen múltiples opciones de hacerlo, desde elegir  formas de transporte  menos contaminantes hasta alojarse en hoteles que sean respetuosos con el entorno y proporcionen empleo digno. Se trata, básicamente, de satisfacer nuestras inquietudes presentes sin dañar las necesidades de las futuras generaciones.  Basta con tomar unas medidas sencillas para poner nuestro grano de arena.

Para viajes largos, el tren es un medio más recomendable que el avión. En la carretera,  compartir coche es una opción cada vez más popular gracias a sus ventajas económicas y  medioambientales.  Un automóvil ocupado por tres o cuatro personas ayuda a ahorrar la emisión de millones de toneladas de CO2 a la atmósfera todos los años.

Para contaminar lo menos posible en  trayectos cortos, lo más recomendable  es andar, desplazarse en bicicleta o usar el transporte público.  Para quienes necesiten un vehículo de motor, el alquiler de coches por horas es una  práctica cada vez más habitual en las grandes ciudades, además de un negocio en auge. Los servicios de carsharing han empezado a integrarse en las redes de transporte público de algunas ciudades; por ejemplo, Madrid.


TRADICIÓN Y RESPETO

El mundo de la cultura desempeña un papel clave en la difusión de prácticas sostenibles y la educación de futuras generaciones.  Cada vez más manifestaciones artísticas tienen en cuenta la necesidad de salvar el planeta, desde los certámenes de cine ecológico hasta los festivales veraniegos de música y las exposiciones de artes plásticas.  

En los desplazamientos largos, el tren es un medio más recomendable que el avión

Un gesto tan sencillo como regalar un libro usado ayuda a tomar conciencia de la importancia de ahorrar recursos vitales. La defensa del medio ambiente ha llegado también al mundo de la gastronomía. Son muchos los restaurantes que aúnan el respeto a las tradiciones y la sostenibilidad en la elaboración de sus platos.