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La moda de la moda ‘eco’

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Marzo 2016 / 4

Etiquetas ecológicas, lemas publicitarios  tipo “producto amigable con el medio ambiente”, empaquetado sostenible... son prácticas que generan una confianza creciente entre la población responsable, pero que no pueden ser contrastadas en una tienda, billetero en mano. Se expande el greenwashing o lavado verde, una estrategia que permite a las empresas presentarse ante el público como actores aparentemente concienciados con el medio ambiente sin que necesariamente sea el caso. Es un riesgo si cabe aún mayor en el caso de la moda, que, al igual que la industria alimentaria, ha tendido a abusar del adjetivo ecológico.  

Porque ¿de qué hablamos cuando hablamos de moda sostenible?  Podemos entender que se trata de prendas elaboradas con materias primas que se han cultivado sin herbicidas, sin fertilizantes químicos o pesticidas, o sin usar tintes de origen químico (y que, por tanto, no contaminan, protegen el suelo, reducen residuos, ahorran energía...). El principal es el algodón ecológico, aunque empiezan a verse ropas elaboradas con bambú u ortiga. 

Pero, ¿podemos limitar la definición  a los materiales sin tener en cuenta los modos de producción de las prendas o el trato que reciben los trabajadores que participan en su fabricación? Basta recordar el mayor de los fracasos humanos e industriales al que asistimos en 2013 a resultas del derrumbe de un complejo textil en Bangladesh.

¿No tendría, por otra parte, sentido incluir igualmente en el concepto los vestidos elaborados con material reciclado? ¿O la simple reutilización de la ropa, la vieja prenda de segunda mano? “Nosotros difundimos iniciativas relacionadas con la moda sostenible, pero que cumplan al 100% todos los criterios no hay ninguna”, se explica en Setem. Roba Amiga es un proyecto social interesante que permite reciclar ropa, pero ésta puede venir de cualquier parte y estar confeccionada con cualquier material. El principal criterio sería consumir menos, se añade en Setem, para la que la sostenibilidad de las prendas se define a través de 15 requisitos relacionados con el impacto ambiental, el social y la organización laboral. 

¿Tiene sentido limitar el concepto de ropa ecológica a los materiales, sin pensar en cómo se ha fabricado?

Empresas y expertos en el sector han creado el Índice Higgs, que mide si una prenda es ‘sostenible’

A partir de aquí, la moda ecológica está de moda. Numerosos diseñadores tienen su línea ecológica, lo mismo que grandes cadenas de distribución que nunca le prestaron la menor atención. Pequeños productores y pequeñas tiendas se han especializado. Para cada casa, los criterios son distintos. Pero el de la producción de proximidad tiende a ser prioritario sobre los demás. 

En 2011, grandes multinacionales, gobiernos, consultores y universidades, además de algunas ONG especializadas, unidas en la Sustainable Apparel Coalition,  pusieron en marcha el Índice Higgs para objetivar hasta qué punto una prenda se puede considerar sostenible