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La peor crisis desde la Gran Depresión

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Por primera vez desde el estallido de la pandemia del coronavirus, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pone cifras al desastre económico que se avecina. Según las previsiones dadas a conocer por el organismo con sede en Washington, la economía mundial retrocederá un 3% este año, frente al avance del 3,3% que el propio FMI pronosticaba en enero, una rebaja de 6,3 puntos porcentuales. En palabras de Gita Gopinath, consejera económica y directora del departamento de Investigación del Fondo, esta va a ser la peor recesión desde la Gran Depresión de los años treinta del siglo XX y mucho peor que la crisis financiera global de 2008. La recuperación llegará en 2021, pero no será ni mucho menos tan rápida como la caída.

Serán precisamente los dos países más castigados por el virus, Italia y España, los que se llevarán la peor parte entre las economías desarrolladas. El Producto Interior Bruto (PIB) italiano reculará un 9,1% en 2020, mientras que el español retrocederá un 8%, la mayor caída desde la Guerra Civil. Alemania, con un -7% y Francia, con un -7,2%, caerán menos que la media de la Eurozona (-7,5%). La actividad en EEUU menguará un 5,9%, mientras que China crecerá un magro 1,2% e India un 1,9%.

El paro en España se disparará hasta el 20,8% de la población activa, una subida de más de 7 puntos con respecto al 13,6% de febrero pasado. Hay que remontarse hasta el año 2015 para encontrar un nivel tan alto. Solo Grecia, con el 22,3%, tendrá un desempleo superior en la Zona Euro. La recuperación que el FMI espera para 2021 reducirá la tasa de paro en España hasta el 17,5%.

Como el resto del mundo, las economías de la moneda única volverán a territorio positivo en 2021, pero no recuperarán el terreno perdido en 2020. Según las previsiones del FMI, España crecerá un 4,3%, el menor ritmo de los grandes países de la eurozona (un 4,7% de media). Alemania progresará un 5,2%, Francia un 4,5% e Italia un 4,8%. La recuperación será especialmente pronunciada en China, cuyo PIB crecerá un 9,2%, e India, que registrará un avance del 7,4%. El PIB de Estados Unidos subirá el 4,7%, un ritmo similar al de la Zona Euro.

La magnitud y la velocidad del colapso en la actividad económica posterior al brote de coronavirus "es diferente a todo lo experimentado en nuestras vidas", afirmó Gopinath en la presentación de un avance del World Economic Outlook de primavera del FMI. El organismo ha hecho sus previsiones bajo el supuesto de que la pandemia y las medidas de aislamiento social alcancen su punto álgido en el segundo trimestre (abril, mayo y junio) en la mayoría de los países y retrocedan durante la segunda mitad del año. En ese caso, y si las medidas de reactivación económica adoptadas por los Gobiernos de todo el mundo impiden quiebras generalizadas de empresas, pérdidas de empleo masivas y tensiones financieras que afecten al sistema, El FMI vaticina que la economía mundial crecerá un 5,8% en 2021. 

El Fondo calcula que esa recuperación será solo parcial, ya que el nivel de actividad en 2021 será inferior al previsto para ese mismo año antes de la irrupción del SARS-CoV-2. La pérdida acumulada del PIB mundial en 2020 y 2021 alcanzará, por lo tanto, los 9 billones de dólares, cifra superior a la suma de las economías de Alemania y Japón.

Por primera vez desde la Gran Depresión, hace 90 años, las economías desarrolladas, los mercados emergentes y los países en desarrollo están en recesión al mismo tiempo. El FMI pronostica que la renta per cápita va a caer en más de 170 países. "Esta es una verdadera crisis global, ya que ningún país se salva", subrayó Gopinath. Los países cuyas economías dependen del turismo están sufriendo daños particularmente graves. Mientras tanto, los mercados emergentes y los países en desarrollo experimentan caídas de los flujos de capital sin precedentes, con grandes presiones sobre sus divisas, sistemas sanitarios débiles y márgenes fiscales limitados para sostener sus economías. 

Dada la extrema incertidumbre sobre la duración y la intensidad de la crisis sanitaria, el FMI no descarta escenarios más adversos. Es posible que la pandemia no retroceda en otoño y que las medidas de contención tengan que prolongarse, por lo que las condiciones financieras empeorarán y las cadenas de suministro seguirían deteriorándose. En ese caso, el PIB mundial caería aún más: un 3% adicional en 2020 si la pandemia se prolonga este año y hasta un 8% adicional si continúa en 2021.

Recomendaciones

El FMI hace hincapié en que el aplanamiento de la curva de la covid-19 mediante el aislamiento de la población permite a los sistemas sanitarios hacer frente a la enfermedad, lo que facilita a su vez la reanudación de la actividad económica. Por ello aconseja a los países continuar invirtiendo generosamente en sus sistemas de salud, realizar pruebas generalizadas y no poner trabas a los intercambios comerciales de suministros médicos. Para los economistas del organismo, es preciso hacer un "esfuerzo global" para garantizar que tanto las naciones ricas como las pobres tengan acceso inmediato a terapias y vacunas cuando estas estén disponibles.

Mientras la economía esté en hibernación, el FMI insta a los políticos a garantizar que todas las personas puedan satisfacer sus necesidades y que las empresas tengan ayudas para volver a la actividad una vez pase la fase aguda de la pandemia. Las medidas fiscales, monetarias y financieras adoptadas por los distintos gobiernos e instituciones deben continuar durante toda la fase de contención para minimizar las cicatrices que dejen la pérdida de empleos y la caída de la inversión, sostiene el FMI.

Los expertos del Fondo aconsejan a los políticos que hagan planes para la recuperación. En su opinión, cuando las medidas de contención comiencen a desaparecer la atención debe desviarse hacia el apoyo a la demanda, incentivando la contratación y ayudando a reparar los balances tanto en el sector privado como en el público para fomentar la recuperación. La coordinación de estímulos fiscales por parte de los países con margen para hacerlo será muy beneficiosa para todas las economías, señalan. La moratoria en los pagos y las reestructuraciones de deuda pueden seguir siendo necesarias durante la fase de recuperación. 

"La cooperación multilateral es vital para la salud de la recuperación global", apunta Gopinath. "Para apoyar el gasto esencial en los países en desarrollo, los acreedores bilaterales y las instituciones financieras internacionales deben proporcionar financiación en condiciones favorables, subvenciones y alivios de deuda". El FMI ha desplegado 1 billón de dólares para apoyar a países vulnerables mediante el desembolso rápido de financiación de emergencia y alivio del servicio de la deuda. 

En consonancia con la escala y la velocidad de la crisis, concluye Gopinath, "las respuestas políticas nacionales e internacionales deben ser considerables, implementadas rápidamente y recalibradas a medida que se disponga de nuevos datos".  Y concluye: "La valiente actuación de los médicos y los enfermeros debe ser replicada por los responsables políticos de todo el mundo para que podamos superar esta crisis de manera conjunta".