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La economía española no mejora

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Septiembre 2013 / 6

ANÁLISIS DE COYUNTURA

 

Recesión: El optimismo del Gobierno tras la EPA del segundo trimestre contrasta con la realidad: la supuesta mejora del mercado laboral no es tal si se analiza sin estacionalidad, y la producción industrial sigue cayendo.

La información de coyuntura económica publicada durante el verano pone de manifiesto que la situación micro y macroeconómica de España sigue siendo muy negativa, lo cual entraría en contradicción con el optimismo del Gobierno.

Los datos más importantes conocidos han sido, por este orden, la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre, los sucesivos datos de paro registrado y también la producción industrial, que antaño replicaba el comportamiento del PIB. 

El dato de la EPA publicado por el INE el 25 de julio no se puede considerar un buen dato y no aporta ninguna señal de recuperación de la actividad ni en el empleo. En el segundo trimestre, por factores estacionales, se suele crear un volumen de empleo temporal y precario, fruto del comienzo de la actividad turística y también por la temporada agrícola. Por tanto, siempre hay que analizar los datos eliminando los factores estacionales. Asimismo, hay que cotejar los datos de afiliación a la Seguridad Social para poder inferir los movimientos entre la economía formal e informal.

Como resumen previo, el segundo trimestre de 2013 arrojó una caída de la ocupación desestacionalizada respecto al trimestre anterior del 0,29%, aunque el INE no facilita los niveles de la serie; es decir, no sabemos el número de ocupados reales en términos ajustados por estacionalidad, algo que sí hace la Seguridad Social desde hace muchos años. Esto coincide con las cifras de la Seguridad Social, que en el trimestre abril-junio perdió 25.156 afiliados, un 0,29% que cuadra el registro de la EPA, lo cual podría suponer una reducción de 50.000 ocupados.

En términos anuales, la caída de la afiliación ha sido del 3,83%, un descenso en la ocupación que en términos de la EPA ha sido del 3,64%. En números absolutos, los afiliados en términos  ajustados descendieron en 649.272 personas, muy cerca también de la caída en términos brutos de 633.500. 

En el apartado de parados, las cifras del INE ajustadas por estacionalidad apuntan a un descenso del 1,05% trimestral; es decir, unos 60.000 parados menos, lo cual sí supone una ruptura en la serie, pues es el primer descenso desde el inicio de la crisis. En términos brutos, las cifras son muy diferentes, pues el descenso trimestral fue del 3,63%, y se cifró en 225.000. La divergencia muestra que no se deben utilizar los datos en bruto, sin ajustar, ya que se distorsionan mucho. En términos anuales, el número de parados aumentó en 284.500, el 5%, sin que tengamos datos ajustados para comparar.

El desempleo se reduce en buena parte porque cae la actividad

El país tiene un gran problema de crecimiento potencial

La reducción del número de parados no se puede considerar positiva si la transición de este conjunto de personas no va hacia el empleo. Las cifras son concluyentes. El descenso del paro se divide en un 66% de creación de empleo y un 34% de parados que han engrosado las filas de la inactividad, lo cual demuestra que la falta de actividad económica desincentiva a una buena parte de la población activa para dejar de buscar empleo y convertirse en inactivos. Entre esta parte de la población que ha dejado de ser activa se encuentra población extranjera. El número de parados de esta muestra poblacional se redujo en 145.400, el 64% del total de la reducción del paro. Únicamente 62.900 extranjeros se trasladaron hacia el empleo, lo cual  indica que ha sido el abandono del país por parte de un número significativo de trabajadores extranjeros lo que explica el descenso trimestral del desempleo, aunque siempre teniendo en cuenta que no son datos ajustados por estacionalidad.

En el apartado de la actividad, los datos dibujan un país con un gran problema de crecimiento potencial. La población activa siguió descendiendo: 76.100 en el trimestre y 349.100 en el último año (-1,51% anual). Se alcanzaron 15.465.000 personas inactivas, lo cual sumado a los 5,976 millones de parados, resulta que más de 21 millones de personas están fuera de la actividad, algo incompatible con alcanzar una economía de pleno empleo y con crecimiento potencial cercano a la media de la UE. 

Esto se traduce en que en España hay una tasa de empleo (número de ocupados sobre la población en edad de trabajar) del 50%. Es decir, solo trabajan la mitad de los que podrían hacerlo entre 16 y 64 años. Esta tasa es muy inferior a  la de otros países europeos. Francia tiene el 65%, Noruega, Suecia y Dinamarca superan el  70%.

 

Temporales y precarios

Si miramos la tipología de empleo, las cifras arrojan un descenso de más de 50.000 puestos de trabajo fijos y una creación de empleo temporal en el sector servicios de más de 154.000. Es decir, contratos temporales y precarios.

El sector agrícola también aportó empleo: 37.000. Por tanto, únicamente el turismo y la hostelería han permitido crear empleo en términos brutos,  aunque eliminando el efecto estacional se sigue destruyendo empleo. El escaso empleo que se genera es estacional, precario y temporal; así, la tasa de temporalidad aumentó hasta el 23,1%.

En resumen, el dato de la EPA del 2.º trimestre de 2013 sigue apuntando a que el empleo continúa destruyéndose en la serie ajustada por estacionalidad. El desempleo se reduce en gran parte por la reducción de la actividad, especialmente entre los extranjeros, lo cual concuerda con la falta de expectativas de mejoría del mercado laboral. Las tasas de actividad y empleo siguen reduciéndose, hecho que influirá mucho en la recuperación de la economía.

Por territorios, el grueso de la  reducción del paro se situó en Baleares y Andalucía, lugares donde también aumentó la actividad. Por el contrario, en Madrid descendió la ocupación y junto a Cataluña fue donde más de notó la salida de población extranjera de la actividad. En suma, ninguna señal de reactivación del mercado laboral.

Finalmente, en el aspecto de coyuntura de actividad, la producción industrial cayó en junio un 1,9%, ajustado de días de calendario, que supuso encadenar 22 meses de reducción. Esto, junto a la situación del consumo, los salarios y las rentas, nos hace ser muy pesimistas sobre la salida de la recesión a medio plazo.