Italia pasará las fiestas en 'zona roja'
Desde Italia
Elona descarga con su marido un coche repleto de maletas, regalos y todos los objetos navideños imaginables delante de su casa en Treviso, después de días de tensión y una solución repentina: volver a casa el 19 de diciembre, antes del cierre de los colegios y teniendo que pedir días de permiso en los trabajos. "Hemos corrido todo lo que hemos podido, seguro que me he dejado la mitad de las cosas en la casa donde vivimos durante el año, pero hemos conseguido llegar. ¡Menos mal!", cuenta. Ella, su marido y sus tres hijos son residentes en Treviso, en la región del Véneto, pero por motivos laborales viven a 400 kilómetros de distancia.
"No sabes cuánto hemos temido que no pudiésemos llegar antes de las 14 horas de hoy, sábado". Sí, porque desde ese momento nadie puede entrar o salir de su ciudad hasta el próximo 6 de enero. El presidente de la región del Véneto, Luca Zaia, no ha esperado a los plazos establecidos por el gobierno central para bloquear la región y muchos ciudadanos han tenido que adelantar las vacaciones navideñas para estar lo más cerca posible de sus familiares.
"Serán unas Navidades diferentes", ha anunciado más de una vez el presidente Giuseppe Conte y finalmente lo ha concretado por escrito en un decreto firmado después de muchas discusiones con las regiones y la oposición. Las discrepancias eran muchas, pero al final las negociaciones se han concretado en tres artículos y media página de prohibiciones y recomendaciones.
Toda Italia estará en zona roja del 24 al 27 de diciembre y del 31 de diciembre al 6 de enero (menos el 4 de enero). Ello supone que bares, restaurantes y tiendas estarán cerrados (aunque habrá servicio a domicilio y take away). Las tiendas de alimentación y los servicios de primera necesidad sí estarán abiertos. Del 28 al 30 de diciembre y el 4 de enero se aplicarán las reglas de la zona naranja: las tiendas abiertas y la posibilidad de moverse con menos restricciones pero siempre dentro de la propia ciudad.
Y aquí entra uno de los aspectos más polémicos del decreto, que hizo temer en los últimos días por la caída del gobierno Conte: la posibilidad de que no se pudiera pasar las navidades con la familia. En los días rojos no se puede salir de casa salvo por temas de trabajo o salud. Pero el decreto finalmente ha hecho una excepción y establece que también se pueda salir para visitar a los parientes y familiares más cercanos, pero sólo si se va en grupos de dos personas (sin contar a los menores de 14 años). Se deberá también cumplir con el toque de queda, de 22.00 a 5.00.
Conte y su gobierno esperan que las restricciones eviten que la anunciada tercera ola del coronavirus vuelva a poner en jaque al país, señalado por The Financial Times como uno de los peores en la gestión sanitaria y económica de la pandemia.
"Serán desde luego unas navidades diferentes", comenta Eleonora, que tiene a su familia contagiada: su hermana está ingresada en el hospital de Jesi desde hace dos semanas y sus padres están en cuarentena en una pequeña ciudad a 22 kilómetros de la suya. "Mira, yo ni siquiera creía, no me lo tomaba en serio. Y ahora me paso el día llorando porque temo por la vida de mis padres y por la de mi hermana, que con 42 años ha terminado enganchada a una máquina que le da el oxígeno". Y continúa: "Este año está poniéndonos a prueba. No podré estar con mi familia y mi único deseo es que el año que viene sí podamos estar todos juntos. Terminará esta pandemia, antes o después, y muchos nos encontraremos con menos comensales en la mesa de Navidad. Ese es el verdadero drama, no el hecho de no poder estar juntos este año".