La junta del Círculo de Economía designa a Antón Costas como próximo presidente
El exministro Josep Piqué no sólo ha dejado la presidencia de Vueling. Se dispone en breve a abandonar la presidencia del Círculo de Economía, sin acabar de concluir su mandato. Y Piqué ha propuesto que le suceda en el cargo el economista gallego Antón Costas. La junta ha dicho hoy que sí, por unanimidad.
La elección de Costas no está hecha, al menos formalmente. Pero tiene ya el camino allanado. Porque aquello que decide la junta directiva no se echa para atrás. Al menos no ha ocurrido nunca hasta ahora en este foro de reflexión académico y empresarial con sede en Barcelona, uno de los de mayor influencia en España, que vela por la modernización de la economía y la sociedad españolas y su integración en Europa.
A partir del acuerdo "unánime y emotivo", según uno de los presentes en la reunión, la semana próxima se encontrarán, como manda la tradición, los expresidentes del Círculo, que sopesarán la candidatura del que será el primer presidente no empresario de su medio siglo largo de historia. Posteriormente, en dos semanas, se reunirá de nuevo la junta para convocar la asamblea de socios y abrir así el llamado "proceso de renovación". Formalmente, durante dicho proceso pueden presentarse otros candidatos para disputarle la presidencia.
Anton Costas, catedrático de Política Económica de la Universitat de Barcelona (UB) y articulista de prestigio, es uno de los vicepresidentes del Círculo, junto al empresario de la alimentación Artur Carulla y al banquero Josep Oliu. La tradición, que tiene mucho peso en la entidad, manda que para acceder a la presidencia haya que ser antes vicepresidente. De hecho, ya lo era en juntas anteriores, con otros presidentes, con Salvador Alemany, José Manuel Lara o Antoni Brufau. Un eterno vicepresidente.
La institución, fuertemente imbricada en la sociedad civil catalana, tendrá a un destacado economista de origen gallego en cabeza, en esta fase de dura crisis económica, en la que Costas se ha mostrado poco complaciente con el papel de la banca, y en pleno pulso del Gobierno de Artur Mas y los partidos catalanistas con el Ejecutivo de Mariano Rajoy para lograr una consulta sobre el derecho a decidir el futuro de Cataluña.