Carbón: ¿energía para el siglo XXI?
El combustible que alimentó la Revolución Industrial debería ser ya residual por sus emisiones contaminantes, pero va a más
El carbón arrastra una imagen anclada en el pasado: por una parte, alimentó la Primera Revolución Industrial y, por la otra, debido a sus elevadas emisiones, los objetivos internacionales para combatir la emergencia climática ponen en cuestión su papel en el mix energético, que es la combinación de las diversas fuentes de energía que cubren el suministro de un país. Así, el carbón debería ocupar un espacio marginal, pero no es el caso. El carbón es más que nunca una energía del presente.
El consumo de carbón registró un rápido crecimiento a lo largo del siglo pasado. Lejos de cambiar la tendencia, a partir del año 2000 vivió una eclosión. Hoy, el nivel de consumo de esta fuente de energía contaminante es cuatro veces más elevado que el registrado al final de la Segunda Guerra Mundial.