Electricidad 100% renovable

Prospectiva: Incluso Francia, el país más dependiente de la energía nuclear, empieza a imaginar un futuro vinculado a la energía verde.

Expositores de empresarios de energía verde. FOTO: PARLAMENTO EUROPEO

¿Y si toda la electricidad de Francia procediera de fuentes renovables? Esta idea, con frecuencia considerada carente de realismo, gana terreno. La caída espectacular de los costes de la energía eólica y de la fotovoltaica ha dado un vuelco a las cosas. De los 200 gigavatios de capacidad eléctrica creados en el mundo en 2014, 120 procedían de energías renovables y el 75% de ellas, de estos dos sectores en plena expansión.

Esta revolución en marcha ha llevado a gobiernos y organismos internacionales a emprender estudios con escenarios muy ambiciosos. En Alemania, el Consejo Asesor para el Medio Ambiente publicó un informe en 2011 en el que se detallaba el camino a seguir para conseguir que el 100% de la electricidad fuera renovable en 2050. Conclusión: era una opción menos cara que la de seguir quemando carbón o gas. El año siguiente, en EE UU, el Centro Federal de Investigación sobre las Energías Renovables mostraba que el país podía pasar del 10% al 80% de electricidad de origen renovable en 2050 sin costes adicionales.

La Agencia Internacional de la Energía estimaba en su último informe, del pasado mayo, que el porcentaje de las renovables en el mix eléctrico mundial podría llegar al 79% en 2050 (frente al 11% actual), sin penalizar por ello el crecimiento y satisfaciendo una demanda de electricidad que, entre tanto, habrá aumentado en un 73%.

En este ambiente de tormenta de ideas planetario, Francia se ha lanzado también a este ejercicio de prospectiva. Sin embargo, en el caso francés, caracterizado por una relativa escasez de fuentes verdes en el mix eléctrico (17% frente al 36% en España, por ejemplo) y por la supremacía de la energía nuclear (75%), ¿no sería demasiado fantasioso imaginar una corriente 100% verde?

No, responde el estudio realizado en 2014 por la Agencia del Medio Ambiente y el Control de la Energía (Ademe, en sus siglas en francés), el operador del Estado para la transición ecológica. Una conclusión molesta en un país en el que los dirigentes sostienen que abandonar la energía nuclear no es una opción. Ello explicaría el retraso en la publicación del informe. Según Ademe, una electricidad 100% renovable en 2050 costaría a los franceses 50.000 millones de euros anuales. En el caso del escenario oficial (40% renovables y 50% nuclear), tendrían que desembolsar 49.500 millones. Lo mismo da que da lo mismo.

Para llegar a esta conclusión, Ademe cuenta, sobre todo, con un importante avance en el control de la demanda: en 2050, Francia consumiría 422 teravatios /hora (TW/h)*; es decir, lo mismo que hoy, mientras que la población habrá aumentado y, sobre todo, circulará con vehículos eléctricos en un porcentaje considerable. El escenario de Ademe cuenta, pues, con 10,7 millones de coches eléctricos en 2050, un tercio del número actual de coches en circulación, que debe sumarse a la mejora de eficacia, sobre todo en la calefacción eléctrica de las viviendas. Sin ese esfuerzo de control del consumo, la demanda podría llegar a 487 TW/h en 2050, lo que haría aumentar la factura de la electricidad 100% renovable a 63.600 millones anuales. 

Respecto a los costes, Ademe se muestra conservadora y, por tanto, inatacable. En el caso de la electricidad de origen nuclear, que en 2050 estaría suministrada por reactores EPR, hace sus cálculos sobre la base de 80 euros el megavatio / hora (MW/h), cuando la previsión del Gobierno es de 90 euros. Un nivel muy bajo respecto a los 110 euros de hoy. 

La misma prudencia se muestra con las renovables. La eólica terrestre cuesta actualmente 80 euros por MW/h, por lo que ya es más competitiva que el EPR. En 2050, pasaría a costar 65 euros, aunque muchos escenarios hablan de 50. La eólica marina seguiría siendo cara en 2050, 107 euros el MW/h. En cuanto a la fotovoltaica, se estima en 85 euros el MW/h (para las instalaciones de techumbre), pero ya están apareciendo en el sur de Francia sistemas que se rentabilizan por menos de 80 euros.

PREVER, CONTROLAR, ALMACENAR

Ademe ha localizado para cada una de las energías renovables los yacimientos explotables al coste más bajo y ha previsto las necesidades de conexión entre zonas excedentarias y deficitarias: buscar la autonomía eléctrica de cada territorio no es obligatoriamente la solución más económica. También establece un paquete óptimo en el que la energía eléctrica (esencialmente terrestre) se lleva la parte del león: representaría el 63% de la producción con 50.000 aerogeneradores en el suelo frente a los 4.000 actuales; después vendría la fotovoltaica (17% de la producción, el 11% de la cual procedería de centrales en el suelo) y, a continuación, la hidráulica (13%). 

Este predominio de la energía eólica es sensato. El viento tiene la ventaja de ser una fuente relativamente regular respecto al sol, cuyo momento álgido de producción —a mediodía— está desfasado respecto al momento álgido de la demanda —a primera hora de la noche—. Con ello se palía en cierta medida el problema de la variabilidad de la producción procedente de unas fuentes fluctuantes e imposibles de controlar, a diferencia de las centrales térmicas, que se pueden parar y poner en marcha en función de las necesidades. Pero aun así, ¿cómo ajustar, en cada instante, el suministro de electricidad a la demanda, condición indispensable para evitar los blackout?

DATOS

4.000

es el número de eólicas instaladas hoy en Francia frente a las 50.000 previstas por Ademe para 2050

El primer elemento es la previsibilidad. Variable no significa aleatorio. Los modelos creados permiten establecer el perfil de producción hora por hora, todos los días del año, con alto grado de fiabilidad. Pero sigue siendo necesario hacer coincidir la curva de producción con la de consumo, pues unas veces la primera excede a la segunda (por ejemplo, a mediodía del verano) y otras al revés (las tardes y noches de invierno). 

Una palanca es el control de la demanda. En Francia, más de la mitad de los termos de agua caliente están ya programados para ponerse a funcionar fuera de las horas punta. Pero, por el momento, es un sistema demasiado rudimentario. Gracias a los contadores comunicantes se podrá hacer llegar los datos de consumo del usuario final al gestionario de la red. Será entonces posible poner automáticamente en marcha los aparatos de calefacción, las lavadoras y lavavajillas o enchufar a la red el cargador de un coche eléctrico en función del perfil de la producción diaria y dentro de una franja horaria que respete las necesidades de los usuarios. El excedente fotovoltaico de mediodía es ideal, por ejemplo, para recargar los coches eléctricos en un momento en que éstos se utilizan menos. 

Crear capacidades de almacenamiento es igualmente indispensable y ha habido también avances importantes al respecto.

“En todo caso, ¿[el escenario 100% renovable] es la mejor inversión?”, se pregunta Cédric Philibert, de la Agencia Internacional de la Energía. “Es fácil llegar a un mix renovable en un 80%, pero el paso al 100% puede ser costoso. Y para reducir las emisiones de CO2 hay muchas otras opciones menos caras”, asegura.

Alcanzar el 80% de electricidad verde es realista tanto en el plano técnico como en el económico. El obstáculo principal en Francia radica en otra parte: ¿cómo crear 50.000 eólicas cuando ha sido tan difícil instalar 4.000? La batalla de la aceptación social está lejos de ganarse.

DEBATE

¿PARA QUÉ MANTENER LA NUCLEAR?

LÉXICO

Teravatio / hora (TW/h) : mil millones de vatios / hora, o un millón de kilovatios / hora, o mil megavatios / hora. 1 TW/h equivale a la producción de un equipo de una potencia de 1 TW funcionando a su potencia nominal durante una hora.