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Tacaña subida del salario mínimo

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Febrero 2016 / 33

El ligero incremento de la retribución mínima muestra que el PP pretende mantener la contención de los sueldos más bajos si sigue en el poder. 

El último Consejo de Ministros de 2015, ya con el Gobierno en funciones, decidió subir el salario mínimo interprofesional (SMI) el 1%. De este modo, quienes lo perciban van a cobrar  este año 9.172,80 euros en 14 pagas, lo que equivale a 655,2 euros mensuales. Si bien es cierto que la inflación está en niveles mínimos (el IPC cerró 2015 en el 0%) y que el incremento del SMI es el mayor desde 2011, la magra subida contrasta notablemente con la recuperación económica tan cacareada por el Ejecutivo, que prevé un crecimiento del PIB del 3% en el presente ejercicio. Es también una muestra clara de la voluntad del Partido Popular de seguir apostando por la contención de los salarios más bajos si consigue formar gobierno. Para colmo, el aumento del SMI es inferior al incremento salarial pactado por la patronal y los sindicatos para este año,  del 1,5%.

El SMI es la cantidad más baja que puede cobrar mensualmente un trabajador por cuenta ajena a tiempo completo. Aunque es una tradición muy arraigada en la mayoría de los países desarrollados, algunos carecen de ella; Dinamarca, Suecia e Italia, por ejemplo. En Reino Unido, la cantidad crece según la edad. Hay un salario mínimo para menores de 18 años, otro para los que tienen entre 18 y 21 y un tercero para los mayores de 21. Hay hasta uno especial para aprendices.

Los partidarios del SMI argumentan que éste ayuda a repartir la riqueza de manera más equitativa, a aumentar la productividad y a reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres, así como a impulsar el consumo y la actividad económica,  especialmente en las fases recesivas del ciclo económico. Sus detractores, por el contrario, creen que el salario mímino resta margen de maniobra a los empresarios y desincentiva la contratación al aumentar el coste de la mano de obra, con la consiguiente pérdida de competitividad de las empresas. También, sostienen los críticos, desanima a los más jóvenes a mejorar su formación.
 

MUJERES Y HOMBRES

Aunque el número de españoles que lo cobran es relativamente pequeño, el SMI es una referencia importante para  fijar la retribución de muchos otros trabajadores, incluidos aquellos con empleo a tiempo parcial. Según la última Encuesta de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 1,52% de los trabajadores a tiempo completo cobraban el SMI en 2012, último ejercicio del que se tienen cifras. Era el máximo nivel en diez años, un indicador más de la crisis. 

Los sueldos bajos pierden poder adquisitivo 

El SMI está muy cerca del umbral de pobreza

Los datos de la Encuesta de Estructura Salarial muestran también una desigualdad considerable en la retribuciones de hombres y mujeres. Mientras que el 17,36% de las mujeres tenía en 2012 un salario menor o igual al SMI (incluyendo trabajadoras a tiempo parcial y a tiempo completo), los hombres en esa situación eran sólo el 7,52%. En los tramos salariales más altos, el 10,4% de los hombres ganaban al menos cinco veces más que el SMI, frente al 7,72% de las mujeres.

Las centrales sindicales subrayan que desde 2010 los trabajadores que cobran el salario mínimo han perdido 4,1 puntos de poder adquisitivo, una muestra más de que son los españoles que ganan menos quienes han soportado la carga más pesada de la crisis. Antes de concluir la legislatura, CC OO y UGT pidieron al Gobierno una mejora del 22% en el SMI de aquí a 2017 para que alcance los 800 euros. El objetivo es que el SMI se acerque al 60% del salario neto medio, tal como recomienda la Carta Social Europea. 

Los sindicatos buscan también alejar el SMI del umbral de pobreza. En 2013, ese umbral estaba en 8.114 euros anuales, mientras que el salario mínimo apenas superaba los 9.000. Ello pone en evidencia uno de los efectos más dolorosos de la crisis: que muchas familias se encuentran en situación de precariedad a pesar de tener un asalariado entre sus miembros.