Acabar con el chantaje de las multinacionales farmacéuticas
Los Estados deben analizar las soluciones para la sanidad a partir de las necesidades de la población, a escala nacional o europea, y del tejido industrial
Si hacemos caso a lo que nos dicen las multinacionales farmacéuticas, su situación es permanentemente frágil. En consecuencia, lo sería también la salud de todas y de todos. Sin embargo, esta idea impide reflexionar con claridad sobre la realidad y sobre las soluciones que podrían aportarse.
Basta con consultar los resultados financieros anuales del sector para constatar lo bien que les va a los gigantes de la industria farmacéutica y cómo cumplen con bastante eficacia la función que sus directivos les asignan: generar beneficios cuantiosos. Como ejemplo, Pfizer, con sede en EE UU, figuraba en primera posición en 2023, con ingresos superiores a los 63.000 millones de dólares y beneficios de 8.000 millones.
Ahora bien, los problemas que se plantean en el sector de la sanidad y en el farmaceútico son muy reales y estables: precios demasiado elevados y falta de medicinas. Las medidas establecidas por los Estados para resolverlos no parecen ser eficaces: los gastos aumentan, pero los problemas continúan y se intensifican.
Las multinacionales tienen su propia lógica: su objetivo no es responder a las necesidades de la...