Un crédito hipotecario para frenar la especulación
Es posible diseñar una fórmula alternativa de contrato con las entidades financieras con garantías del Estado exclusivamente concebido para financiar la vivienda principal
El mercado de alquiler representa el 23,2% de las viviendas, frente al 76,8% de propiedad. Y seguirá siendo así durante mucho tiempo: la mayoría de potenciales compradores carece de ahorros suficientes para dar el paso y necesita financiación externa: léase un crédito hipotecario sobre la vivienda adquirida. Y es en este punto en el que quiero detenerme, porque responder con la propia vivienda del crédito solicitado parece peculiar desde el punto de vista de derechos fundamentales y constitucionales. Hoy nos resultan inimaginables situaciones del pasado. En la antigüedad, una persona libre podía acabar convertida en esclava por deudas no satisfechas. Si hoy a un trabajador le es embargado el salario por sentencia judicial, hasta el salario mínimo (SMI) es inembargable, pues una persona no puede quedarse sin recursos para vivir. Algo parecido habría que hacer para proteger la vivienda. Es lo que propongo a continuación: una fórmula alternativa al contrato de crédito hipotecario habitual que no deje al comprador en una situación precaria si se queda sin medios económicos, y que, al dar mucha más liquidez y movilidad...