Diversidad en la mesa, derechos en la agenda
La fundación Mescladís forma a personas migrantes que buscan ayudarse a sí mismas a través del trabajo
Soufiane llegó a Barcelona hace apenas tres meses, cuando lo conocí. Se presentó a la entrevista para entrar en el programa de formación prelaboral Cuinant Oportunitats (Cocinando Oportunidades) de la Fundación Mescladís. Yo también era nueva allí, aprendiendo las reglas y, sin darme cuenta, reproduciendo también las que no tenían sentido. En aquel entonces exigíamos, respondiendo a las reglas de extranjería, tres años de empadronamiento para poder acceder y Soufiane me dijo que los tenía.
Al finalizar su formación, tras verlo destacar por su actitud, empatía y talento en la cocina, quisimos contratarlo. Ahí supimos que no llevaba el tiempo de padrón suficiente para poder hacerlo. “A veces, si es para una oportunidad como trabajar, mentir no está tan mal”, me dijo y tenía razón. Él no lo sabía, pero me había enseñado que la voluntad de participar y aportar debería pesar más que cualquier burocracia. Y, además, que mis buenas intenciones sin acción ni pensamiento crítico se quedarían en solo intenciones.
Modelos de gestión
No podemos seguir hablando de migración con fórmulas vacías. Necesitamos...