Obituario // Hasta siempre, Antonio Franco
El periodista fallecido fue un referente de honestidad para varias generaciones de periodistas y se involucró a fondo en ‘Alternativas económicas’.
Fue un resistente hasta con su enfermedad. Batió todos los pronósticos médicos. Así era Antonio Franco Estadella (1947-2021), un combatiente en pleno sentido de la palabra. A pesar de lo esperado, “se nos ha ido demasiado deprisa”, como dijo su compañera de vida, Mylène Bigatà, hija de un maestro de la República, innovador pedagógico, exiliado y miembro de la resistencia francesa.
En este oficio tan proclive a las arbitrariedades y a los protagonismos desmedidos, como decía nuestro querido Agustí Fancelli, el compañero Franco era un compendio viviente de honestidad, equilibrio y humildad.
Ningún poder político ni económico se había atrevido a forzarle la mano. Y sabía guardar silencio. En su comportamiento cotidiano ha sido todo un referente de cómo un director puede y debe resistir a los poderes políticos y económicos. Era una habilidad cuya principal virtud consistía en que sus periodistas no tuvieran conocimiento de las intentonas de los poderosos. Su propósito era que los redactores pudieran trabajar con la máxima libertad.
La resistencia imperturbable a los poderes políticos fue notable especialmente durante el largo mandato de Jordi Pujol porque supo mantener una línea informativa rigurosa, sin excesos pero tampoco sin concesiones a pesar de la enorme capacidad de influencia del mandatario que estuvo en el poder durante 23 años.
También queda para el récord su negativa a ocultar la vinculación de Hipercor con El Corte Inglés tras el atentado de ETA, a pesar de las ingentes y continuadas presiones del gigante empresarial, uno de los anunciantes más poderosos del país. Nadie supo que uno de los principales anunciantes cortó la publicidad durante más de un año a El Periódico de Catalunya en los años difíciles de la Transición sin que el periódico dejara de informar. Son hechos que solo se conocieron en la redacción después de que hubiera transcurrido mucho tiempo.
Su propósito fue siempre que los profesionales trabajasen con la máxima libertad
Ningún poder político ni económico se atrevió a forzarle la mano
Franco creó periódicos porque supo forjar equipos. Se fiaba plenamente de sus periodistas, a los que sabía transmitir confianza, especialmente a los recién llegados y sin historial profesional. La regla era sencilla: trabajo, rigor y verificación. Jamás presumió de intelectual, ni de cultura, ni de saberes especiales, con la excepción de sus pasiones deportivas. Su inteligencia natural y conocimiento de lo que ocurría y necesitaba este país lo demostraba cada día con una maestría intachable.
Sabía empatizar con los periodistas más comprometidos y, al mismo tiempo, con los empresarios como Antonio Asensio y Jesús de Polanco para que confiaran n sus proyectos. En El Periódico de Catalunya y El País ha dejado una huella ejemplar.
También en Alternativas económicas, revista que contribuyó a fundar como socio-colaborador desde el inicio mismo, en 2013, y donde fue el maestro que nos apoyó, animó y cuidó en los primeros momentos cuando todo parecía imposible. La verdad es que desempeñó un papel fundamental en este proyecto: siempre estuvo pendiente de su desarrollo y consolidación y predispuesto a involucrarse con tareas concretas cuando se le requería, tanto en los contenidos de la revista como en la organización de la cooperativa con el objetivo de hacerla viable.
En Alternativas económicas Antonio Franco se reencontró con algunos camaradas de su núcleo duro profesional de siempre y también con periodistas de generaciones más jóvenes a los que había extendido generosamente su maestría.
Antonio sabía inspirar y dirigir sin que apenas se notara su magisterio. Fueron reuniones en su casa
y en el restaurante Casa Alfonso, en Barcelona, que no se pueden olvidar y merecen nuestra eterna gratitud.
Este proyecto reúne algunas de las características más definitorias de la escuela de periodismo de Antonio Franco: compromiso social, máxima independencia periodística y vocación didáctica para intentar hacer comprensible cualquier tema, por árido que pueda parecer.
Solo una persona con una intuición como la suya podía haberse inventado, en El Periódico de Catalunya, una sección como 'Las cosas de la vida', en lugar de las más convencionales, como 'Sociedad' o 'Economía'. Su propósito era acercar las noticias a los ciudadanos y crear nuevos lectores. Le gustaba el periodismo de investigación, como demostró el día que a las seis de la mañana se calzó las botas para explorar en un laboratorio clandestino de fármacos prohibidos para el ganado.
Parecía que había nacido para director. Sabía encontrar la complicidad de los periodistas, a los que exigía el máximo. Sus redacciones tenían un cemento que fortalecía las relaciones humanas. Sus amigos lo eran de por vida como lo fueron los añorados Xavier Batalla y Carlos Pérez de Rozas, que siempre estaban en sus conversaciones.
Antonio Franco era un periodista con moral. Seguramente, sus lecturas francesas, su buen conocimiento del ideario de Albert Camus y su amor por la verdad hicieron de Franco el periodista incorruptible y ejemplar que tanto respeto despertó en la sociedad catalana. Esta actitud de moral exigente se manifestaba especialmente por su extrema preocupación por minimizar los daños que se pudieran causar en el ejercicio del oficio. La medicina preventiva para evitar males innecesarios era extremar el rigor y la seriedad en el trabajo. Antonio se va, pero deja las mejores enseñanzas.
Palabras de los hijos
La familia, los amigos y una muy nutrida representación del periodismo y las instituciones de Barcelona despidieron a Antonio Franco con una ceremonia en el tanatorio de Les Corts de la capital catalana.
En el acto civil, conducido por el periodista Xavier Vidal- Folch, columnista de El País y también socio de Alternativas económicas, se evocó la figura profesional y, sobre todo, humana de Antonio Franco, con intervenciones del periodista Emilio Pérez de Rozas, de su hermano Alberto y de sus hijos, Carlota y Andreu, cuyas palabras de despedida pueden leerse en alternativaseconomicas.coop, junto a la larga entrevista que publicó la revista de historia y cultura L’Avenç poco antes de su muerte, en la que revisitaba su trayectoria y muchos de los capítulos que vivió en primera persona.
Artículos relacionados:
-Carlota Franco Bigatà sobre Antonio Franco (en catalán)
-Andreu Franco Bigatà sobre Antonio Franco (alterna catalán y castellano)
-Artículo de Andreu Missé y Pere Rusiñol, de Alternativas Económicas, en El País: La honestidad periodística
-Última y extensa entrevista, que concedió a la revista L’Avenç, que ahora la difunde íntegramente en PDF en su web: Antonio Franco, un xava de barri que volia ser periodista (en catalán)