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El precariado se cronifica

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Febrero 2016 / 33
Manifestación del 1 de mayo de 2014 en Sevilla / Jose Manuel Espigares Garcia

Fotografía
Jose Manuel Espigares Garcia

Había pensado otro título para este artículo: “El precariado de nuestros hijos y nuestros nietos se cronifica”, pero este fenómeno se está generalizando tanto que ya no distingue ni de géneros, ni de edades, ni de territorios.

La banca ha sido, sin duda, la principal causante de las crisis financiera y económica que condujeron a la Gran Recesión. Pero ha sido la actuación de los gobiernos la que ha provocado el empobrecimiento de una parte creciente de la población en los países golpeados por la crisis. En España, el Gobierno de Mariano Rajoy es el responsable del abandono de los  desempleados, recortando drásticamente los subsidios, y de la cronificación del precariado en el que malviven el 30% de los ciudadanos.

El economista británico Guy Standing ha acuñado el concepto de precariado para referirse a los nuevos trabajadores con empleos inestables, de calidad inferior a la de  su educación, salarios ínfimos, sin derechos sociales, ni pensiones, ni vacaciones pagadas. España es un triste ejemplo de esta realidad. En los últimos  años se han generalizado los salarios de 300 o 400 euros por media jornada teórica, pero que en la práctica es completa, en muchos casos. Muchos trabajadores viven angustiados por el temor a incurrir en el más mínimo error profesional y perder el puesto.

El cambio más sustancial que está sufriendo este país desde que estalló la crisis en 2008 es el destrozo de las condiciones de vida y de trabajo de la mayor parte de los trabajadores, especialmente los jóvenes. Solamente en Grecia se ha producido un deterioro de los derechos sociales más intenso.

La recuperación del crecimiento económico, la mejora de las exportaciones y los éxitos cosechados con el turismo no han logrado detener el empobrecimiento de una parte creciente de la sociedad. El deterioro social ha continuado en 2015. Es posible que el desempleo se reduzca algunos puntos más en los próximos años, pero lo que va ser muy difícil es recuperar los derechos perdidos. La fractura social se está ampliando y consolidando. Esta es la auténtica herencia que deja Rajoy, quien, a pesar de ello, quiere seguir gobernando. 

Si no hay un cambio radical de políticas que vayan dirigidas expresamente a rescatar al tercio de la población más empobrecida, esta sociedad va hacia la ruptura. Nunca había sido más urgente un nuevo Gobierno con nuevas políticas dirigidas expresamente a los más desfavorecidos.

Contrasta la actitud más inteligente de la patronal vasca, dispuesta a aceptar una derogación parcial de la reforma laboral, frente a la CEOE y los representantes del IBEX, a quienes les parece insuficiente el ajuste.

 La categoría de trabajador pobre, el que recibe un salario tan bajo que no le saca de la pobreza, no ha cesado de crecer. Entre 2006 y 2014, los trabajadores pobres en España han pasado de representar el 10,1% en 2006 al 12,5% en 2014, tres puntos más que la media de la zona euro, según Eurostat.

Este angustioso panorama que los ciudadanos pueden percibir directamente en sus relaciones familiares y sociales ha sido ratificado por varios estudios que han aparecido a principios de año. Social Justice in the EU, dirigido por Daniel Schraad-Tischler, que cuenta con el soporte de reconocidas fundaciones (Bertelsmann, DGI y SIM Europe), destaca en su última edición de 2015 el empeoramiento progresivo en justicia social desde 2008. En justicia social, España ocupa el lugar 23.º de Europa, nueve puestos por debajo del que tenía en 2008. Sólo en Grecia ha habido un deterioro mayor. El estudio señala las difíciles condiciones del mercado laboral, que a pesar de la reciente reducción del desempleo, refleja que el 91% de los trabajadores temporales están en esta situación de manera involuntaria.

Urge un nuevo Gobierno que rescate al 30% más empobrecido

Uno de los aspectos más relevantes de este estudio es el ensanchamiento de la fractura generacional que se está produciendo en España. Así, el riesgo de pobreza o exclusión social de los mayores de sesenta y cinco años ha pasado de representar el 27,8% en 2008, al 12,9% en 2014, mientras que en el mismo período la proporción de niños y jóvenes que malviven con estas limitaciones han aumentado del 28,6% al 35,8%.

El deterioro de las condiciones de vida de niños y jóvenes es tan desmedido, que ya han aparecido voces que presentan a los pensionistas como privilegiados y se les piden más sacrificios para repartir los recursos a favor de colectivos más necesitados. Estas malintencionadas sugerencias están en frontal contradicción con la realidad social de este país. La solución de estos problemas no radica en una redistribución de los recursos entre los pobres, sino entre  éstos y los que más tienen.

Oxfam Intermón ha publicado un estudio que refleja precisamente que el aumento de la desigualdad se ha acelerado al concentrarse cada vez más la riqueza en menos manos. Según esta organización, la riqueza de las  20 personas más ricas  de España es equivalente a la del 30% de la población más pobre. Y la diferencia siguió aumentando en 2015, en que los 20 españoles más ricos aumentaron su patrimonio en un 15%, mientras que el 99% restante vio reducida su riqueza en otro 15%.

La situación social explosiva  en que  viven muchos barrios de este país requiere una reforma fiscal urgente que permita financiar una renta básica lo antes posible.

 

Foto de portada: Manifestación del 1 de mayo de 2014 en Sevilla / Jose Manuel Espigares Garcia