Te quedan 2 artículos gratuitos este mes.

Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

Una excepción democrática y participativa

Comparte
Pertenece a la revista
Marzo 2014 / 12

COOPERATIVA

El éxito de Mondragón se fundamenta en la implicación de los trabajadores en la toma de decisiones dentro de la empresa.

La tristeza se tornó momentáneamente en alegría el pasado 22 de diciembre en San Andrés, un barrio de gente trabajadora de Arrasate-Mondragón. La administración de lotería de la avenida de Álava había repartido entre los vecinos 180 millones de euros del Gordo de Navidad, correspondiente al número 62.246. Cosas de la vida, entre los premiados había varios trabajadores afectados por la suspensión de pagos de Fagor, una cooperativa nacida precisamente en el barrio hace casi 60 años y que fue el embrión de la Corporación Mondragón. 

La de Mondragón es una historia atípica en el panorama empresarial español. Sus orígenes se remontan al año 1956, en el ecuador de la dictadura franquista, cuando España comenzaba a transitar de la autarquía al desarrollismo. El impulsor del proyecto fue el cura José María Arizmendiarreta, encarcelado brevemente tras la Guerra Civil por haber ejercido de periodista y traductor en el bando que unía a republicanos y nacionalistas vascos. El sacerdote está hoy en proceso de canonización.

Destinado a Mondragón en los años cuarenta, Arizmendiarreta comenzó a predicar que sería más justo y más rentable que los trabajadores se implicasen en la gestión de las empresas. El taller Ulgor, que pronto se convertiría en Fagor, fue la primera cooperativa de la futura corporación. En 1959 se creó Caja Laboral para dar soporte financiero al grupo, y 10 años después nació Eroski, ahora principal cooperativa de Mondragón en cuanto a facturación y número de empleados. Hasta principios de los años noventa no se creó la corporación tal como la conocemos hoy. En 1997 abrió sus puertas la Universidad Mondragón, pilar de la división de conocimiento del grupo, que cuenta con varios centros de enseñanza repartidos por el País Vasco.

Gipuzkoa es hoy la provincia española con el menor índice de paro: el 15,76% de su población activa, frente al 26% de la media nacional. Mondragón es en buena parte responsable de ello, pues Gipuzkoa no es solo su provincia natal, sino la que alberga el mayor número de centros de producción del grupo. La corporación es la primera fuente de empleo del País Vasco y empresa pionera en la incorporación de la mujer al trabajo.

Es en la comarca del Alto Deba donde más arraigo tiene el grupo cooperativo. Allí no es extraño que varios miembros de una misma familia trabajen en alguna de sus empresas. La prosperidad de localidades como la propia Arrasate-Mondragón, Bergara u Oñate está muy ligada al crecimiento de la corporación. Es esta una zona de fuerte arraigo del nacionalismo vasco, con la mayoría de los pueblos gobernados por Bildu.

La Corporación Mondragón está compuesta por 110 cooperativas y 147 empresas asociadas agrupadas en cuatro áreas: industria, finanzas, distribución y conocimiento. De sus 80.000 trabajadores, el 43% trabaja en Euskadi, el 40% en el resto de España y el 17% en otros países. La corporación factura anualmente en torno a 14.000 millones de euros.

Ulgor, la primera cooperativa. FOTO: ARCHIVO MONDRAGÓN

 

Socios trabajadores

En sus cooperativas, tanto la propiedad como la gestión están en manos de los socios-trabajadores. Al contrario que en la empresa capitalista tradicional, son estos los que eligen y despiden a sus directivos. Además de más democráticas, las cooperativas de Mondragón son más equitativas que las empresas capitalistas a la hora de retribuir a sus empleados. La corporación limita a 6,5 veces la diferencia entre los que más y menos ganan, mientras que en las grandes compañías privadas un directivo puede ganar 100 o 200 veces más que un empleado.

La estructura orgánica de Mondragón es relativamente sencilla. Cada cooperativa, según su tamaño, aporta unos representantes al Congreso de la corporación, máximo órgano decisorio, que se reúne una vez al año. El Congreso, al que suelen asistir unos 650 socios, aprueba los presupuestos y las políticas estratégicas generales. También elige a la Comisión Permanente de la corporación —algo similar a un consejo de administración, con representación de todas las divisiones del grupo—, que tiene 23 miembros y que se reúne una vez al mes. El órgano más reducido es el Consejo General, formado por 12 directivos de distintas divisiones. Es el núcleo duro de la corporación. El presidente de este Consejo General es el que habitualmente se identifica como presidente de Mondragón. 

Otra cosa que hace a este grupo distinto a los demás son los vínculos de solidaridad entre sus cooperativas, que se apoyan unas a otras en momentos difíciles a través de la corporación. Lagun Aro ESPV, una mutualidad para cooperativistas, se encarga de pagar las prestaciones de desempleo de estos y las prejubilaciones, además de complementar las pensiones de los socios jubilados, que durante su vida profesional pagan con ese fin una cuota a la mutualidad. Los jubilados reciben también una cantidad en función del excedente (beneficio) acumulado durante esos años por su empresa.