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Austeridad // El triunfo de los ‘ordoliberales’

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Marzo 2014 / 12

POLÍTICA ECONÓMICA: Un economista bucea en las raíces históricas de las políticas de austeridad y en la ideología que las sostiene. 

Los resultados de la austeridad están a la vista de todos: deterioro del nivel de vida de la gran mayoría de la población, paro brutal y aumento descontrolado de la deuda pública, lo que a su vez, en nombre de que hay que pagar la deuda, desencadena una nueva ronda con dosis aumentada de la misma medicina. ¿Por qué este empecinamiento si parece claro que el tratamiento empeora la salud del enfermo en lugar de curarlo?

Mark Blyth, economista de matriz keynesiana de la prestigiosa Universidad de Brown (EE UU), sostiene que la causa del aparente disparate es básicamente ideológica. Por ello bucea en los orígenes culturales, políticos y económicos de las ideas que están detrás de las políticas que se han impuesto históricamente a millones de ciudadanos –ahora en la Unión Europea, pero antes a muchísima otra gente de los cinco continentes.

Austeridad
Mark Blyth
Crítica, 2014
542 páginas. Precio: 22,90 €

En opinión de Blyth, los resultados han sido casi siempre catastróficos, y a tratar de demostrarlo dedica buena parte de esta obra, que baja a la arena de supuestos milagros históricos, incluyendo el recientmente tan cacareado de los países REBLL (Rumania, Estonia,
Bulgaria, Letonia y Lituania).

Blyth sostiene que el sustrato de la ideología hegemónica a día de hoy a escala mundial no es estrictamente neoliberal, sino más bien ordoliberal (“liberales del orden”). En vez del mantra neoclásico que sostiene que “los mercados son buenos y el Estado malo”, “la tradición ordoliberal alemana resalta la importancia de contar con un Estado capaz de ofrecer a los actores económicos unas condiciones marco adecuadas que delimiten un ámbito en el que los mercados puedan operar corectamente”. En este marco destaca una “férrea disciplina presupuestaria”.

La conclusión más preocupante de este arduo y minucioso trabajo no es siquiera que la austeridad no ha funcionado ni puede funcionar y que, según el profesor, en la raíz del problema está nada menos que la construcción misma del euro. Siendo importante, aún hay algo peor: Blyth explica que no es posible imponer esta medicina de manera permanente en una democracia y algo de esto hemos visto en Grecia de forma muy explícita y en otros países con métodos más sinuosos.

A lo mejor ya empieza a ser hora de que los progresistas con responsabilidades institucionales dejen de escandalizarse ante los avances de los populismos y en lugar de echarse las manos a la cabeza empiecen a fijarse de verdad en las causas de fondo que ayudan a explicarlos.

Podrían empezar por leer este libro y luego mirarse al espejo.