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¿Cataluña independiente? // Las raíces económicas del acelerón independentista

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Julio 2013 / 5

El auge del voto independentista es otra deriva importante de la crisis económica.

¿Qué está pasando en Cataluña? ¿Cómo se explica el fuerte acelerón del  voto independentista registrado en Cataluña durante los últimos dos años? En ¿Cataluña independiente? Xavier Vidal- Folch desentraña las causas que han provocado el rápido cambio de escenario y que en su opinión tienen mucho que ver con el agravamiento de la crisis económica y su manejo a favor de la independencia por parte del Gobierno de la Generalitat.

Dado el fuerte componente emocional de la cuestión, el autor  construye su relato basándose  en la exposición factual de los acontecimientos y la frialdad de las cifras. Un ejercicio del mejor periodismo de news analisis en el que la interpretación de los hechos obedece básicamente al propósito de facilitar una explicación más  comprensible. El resultado es un trabajo extraordinariamente útil para entender el radical cambio político registrado en las relaciones entre Cataluña y el resto de España especialmente tensas por la crisis económica.

¿Cataluña independiente? 
Xavier Vidal-Folch 
Catarata 142 páginas 2013 
Precio: 14 €

Desde un principio el libro deja bien sentado que “la cuestión catalana no es un invento, sino que viene de lejos”. Sostiene que el problema del encaje de Cataluña en España “no es un artificio de alguna clase dirigente para tapar asuntos más graves… Aunque también haya servido para eso en el pasado y pueda servir para lo mismo en el futuro”.  Vidal-Folch  escribe: “De la cuestión catalana se nutren y la sobrealimentan dos movimientos inversos y enfrentados: el nacionalismo periférico catalán y el nacionalismo centralista español”. 

Con esta tensión de fondo, Vidal-Folch fija el arranque del acelerón de la  desafección en Cataluña en la sentencia del Constitucional de 2010, que impuso modificaciones decisivas al nuevo Estatuto de Cataluña aprobado cuatro años antes. Lo relevante fue “el estrago en la percepción política del asunto, pues el tribunal modificó un texto que había sido pactado con las Cortes y votado en referéndum por los ciudadanos de Cataluña, lo que muchos digirieron como una victoria de la legitimidad institucional sobre la legitimidad democrática”. Según el autor, el clima de desafección se fue enturbiando por las  repetidas iniciativas recentralizadoras del Gobierno del PP, como el parón a  la marcha atrás en la privatización del aeropuerto y la cesión de hospitales a la Generalitat, la oposición al corredor mediterráneo,  el incumplimiento de las inversiones públicas  y ciertas medidas en materia educativa.

Con este telón de fondo, el relato apunta que el agravamiento de la crisis económica llevó a la Generalitat a la asfixia financiera. En julio de 2012, el Gobierno catalán se vio forzado a pedir ayuda al Gobierno central, lo cual significó un golpe para el discurso nacionalista. Al día siguiente, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, elevó el tono  y solicitó un “pacto fiscal” similar al concierto vasco. La crisis fue un  catalizador del  independentismo.

El 11 de septiembre, una impresionante  manifestación bajo el lema “Catalunya, nou Estat d’Europa” certificaba la radicalización de amplios sectores de la sociedad catalana.   El autor  destaca esta aceleración: “Cada objetivo se quemaba a gran velocidad y se transmutaba en el siguiente: de la negociación presupuestaria al pacto fiscal, de este al Estado propio de perfiles indefinidos, y  de estos al mensaje independentista”.  

El libro termina con tres escenarios posibles: la celebración de un referéndum tras un acuerdo con el Gobierno, la renegociación de la Constitución y el choque de trenes entre nacionalismos inversos, que aparece como más probable. Pero tras los últimos acontecimientos,  el autor ve que los dos primeros escenarios o una combinación de ambos han recuperado terreno.