Los fondos buitre, capitalismo depredador // ¿La hora de los ‘matones’?
Un análisis riguroso y muy divulgativo sobre el creciente poder de los fondos buitre.
Juan Hernández Vigueras es uno de los mejores divulgadores del funcionamiento del capitalismo desde una perspectiva crítica porque domina muy bien el registro divulgador para que todo el mundo pueda entenderle, conoce de primera mano y desde dentro el funcionamiento las grandes corporaciones y suele elegir con muy buen criterio los aspectos parciales sobre los que decide poner el foco, algo muy útil para centrar el análisis en los aspectos fundamentales que realmente ayudan a comprender lo que sucede.
Los fondos buitre, capitalismo depredador
Juan Hernández Vigueras
Clave Intelectual, 2015
300 páginas. Precio: 18 €
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A mediados de la década pasada, Hernández Vigueras se especializó en los paraísos fiscales cuando no todo el mundo tenía claro que era un elemento central —y lo era—, luego puso la lupa en la mecánica del capitalismo de casino —es sabido que en el casino la casa siempre gana— y en el poder desmedido de la banca, y ahora se adentra en el mundo de los fondos buitre, que van ganando terreno en el “capitalismo depredador” de la misma manera que los Blackwater y otros ejércitos privados subcontratados van ganando terreno en las guerras contemporáneas.
En la fase actual de la crisis global, los fondos buitre no son un elemento periférico de color más o menos desagradable, sino parte fundamental del engranaje del capitalismo y Hernández Vigueras los analiza con rigor, abundante bibliografía y el estudio de decenas de casos prácticos muy reales. La mayoría se centran en el acoso a los países en apuros a través de la deuda soberana, adquirida con grandes descuentos en los mercados secundarios, y la subsiguiente pretensión de cobrarla entera con el apoyo de carísimos bufetes de abogados en tribunales de Nueva York y Londres, que siempre reparten juego con las cartas marcadas.
El libro desmenuza particularmente el acoso a Argentina y su lectura es imprescindible para entender de qué se trata realmente el pulso más allá de los lugares comunes utilizados en la mayoría de grandes medios de comunicación, que compraron de forma acrítica que Buenos Aires simplemente había suspendido pagos y que ya estaba de nuevo en su papel de manirroto incapaz de pagar sus deudas. Es imprescindible leer el solvente retrato de Hernández Vigueras no sólo para entender de qué va el juego en Argentina, sino para darse cuenta de que el desafío es global y que este tipo de acoso no se circunscribe ya a los países del sur, sino que está llegando a Europa y también a España, claro.
Aquí el problema no afecta todavía a la deuda soberana —ojo: en Grecia sí—, pero se manifiesta de forma descarnada en el mercado inmobiliario, con las hipotecas titulizadas y los grandes fondos buitre adquiriendo lotes en masa, con el consiguiente aumento de desahucios.