Empresas involucradas en conflictos ambientales recurren cada vez más a las demandas intimidatorias para silenciar a ONG, abogados y periodistas que publicitan los daños que causan en el territorio.
Los proyectos gasísticos en que participa la petrolera francesa son casos de irresponsabilidad social corporativa, noción que se estudia ya en algunas escuelas de negocio.
Por Joan Martinez-Alier
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