Los comerciantes de atención llevan casi 200 años perfeccionando sus métodos, siempre vinculados a los medios de comunicación hegemónicos en cada momento, para entrar en nuestras cabezas y llevarnos al huerto: ya sea para que compremos todo lo que no necesitamos, votemos a este o al otro e incluso para que lo dejemos todo y nos vayamos a la guerra porque nos lo pide el Tío Sam u otro tío.