Los ciudadanos pagan junto a su consumo eléctrico una deuda con las compañías, que se dispara cada año. A finales de 2012 superó los 29.000 millones de euros, casi un 3% del PIB.
El año eléctrico 2012 se cerró con un aumento del Déficit Tarifario de 5.000 millones de euros a pesar de que las normas establecían que ese aumento no podría superar los 1.500 millones. La norma no se cumple porque nada se hace para que pueda ser cumplida.