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Piensa antes de enviar un 'e-mail'

No somos conscientes, pero con cada uso que le damos a Internet, por mínimo que sea, estamos contaminando

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Septiembre 2024 / 127
Envio mail

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Getty images

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Un informe de la empresa Ovo Energy de Bristol (Reino Unido) sostiene que si cada adulto en el Reino Unido redujera los correos electrónicos de agradecimiento, "se podrían ahorrar 16.433 toneladas de carbono al año”. Esto sería lo mismo que 81.152 vuelos de Londres a Madrid o a retirar de la circulación 3.334 automóviles diésel.

El informe se refiere específicamente a la huella digital de enviar un simple correo electrónico.  “Más de 64 millones de correos electrónicos innecesarios son enviados por británicos cada día”, explican.  Es algo extrapolable a otros países, porque la mayoría de nosotros no somos conscientes de lo que implica medioambientalmente nuestra interacción en Internet.

Uno de los principales asesores de ese estudio es Mike Berners-Lee, profesor del centro medioambiental de la Universidad de Lancaster (Reino Unido) y autor del libro How Bad are Bananas: The Carbon Footprint of Everything (Qué malos son los plátanos: la huella de carbono de todo). Como parte de su trabajo, mide la huella que deja el gran invento de su hermano Tim, la World Wide Web (www).

¿Cómo se mide esto? “Cuando estás escribiendo, tu ordenador está usando electricidad. Cuando presionas "enviar", pasa a través de la red y se necesita electricidad para hacer funcionar la red. Y terminará almacenándose en la nube en algún lugar, y esos centros de datos usan mucha electricidad”, explica Mike Berners-Lee a The Guardian. “No pensamos en ello porque no podemos ver el humo que sale de nuestras computadoras, pero la huella de carbono de las tecnologías de Internet es enorme y está creciendo. Si bien no hay mucho que una persona pueda hacer respecto de los miles de millones de correos electrónicos spam que se envían en todo el mundo cada día, todos podemos reducir un par de correos electrónicos que no dicen nada más que "LOL" o "¡gracias!".

Para ayudar a combatir el envío innecesario de mails, OVO Energy creó una extensión de Chrome llamada Carbon Capper. La extensión identifica cuándo el usuario ha pulsado "enviar" en un correo electrónico potencialmente innecesario y envía un mensaje para garantizar un tráfico de correo electrónico más reflexivo.

Más responsabilidad

Los resultados de Mike Berners-Lee, que van mucho más allá de los e-mails, concuerdan con el informe Clicking Clean de Greenpeace, que alerta de que si Internet “fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo”.

“Detrás de lo que hace posible nuestro Internet hay cables, antenas, satélites, centros de datos, etc., y están disparando el consumo de energía”,  dice María Prado, de Greenpeace. "Y el informe es de 2017.

Hoy se calcula que los usos que hacemos de Internet demandan ya cerca del 25% de la energía mundial. Debemos exigir mayor responsabilidad de consumo y regulación".

Meri Castro, desde Greenpeace Argentina, agrega: “Navegar por sitios que solo existen en la red puede pasar por un hábito minimalista. Pero no lo es (...). Cada búsqueda online libera al ambiente 0,2 gramos de dióxido de carbono (CO2), lo que contribuye al efecto invernadero que acelera el cambio climático”.

La Administración de Información Energética de EE UU (EIA) calcula que el consumo energético diario medio de un hogar estadounidense es de 29 kWh. El uso del bitcoin es otro de los usos supercontaminantes. En comparación, la energía utilizada para una transacción de bitcoins bastaría para abastecer un hogar durante un día y medio. Y a esto se suma la puesta en marcha de millones de actividades de IA. Generar una sola imagen de IA requiere tanta energía como una carga completa de móvil, según el estudio Power Hungry Processing: Watts Driving the Cost of AI Deployment?, de Alexandra Luccioni y Emma Strubell.

Centros de datos

Un artículo del MIT, escrito por Steven González Monserrate, investigador del instituto, y autor del estudio La nube es material: sobre los impactos ambientales de la computación y el almacenamiento de datos explica que la nube tiene ahora “una huella de carbono mayor que la industria de las aerolíneas. Un solo centro de datos puede consumir la misma electricidad que 50.000 hogares. Con 200 teravatios hora (TWh) anuales, los centros de datos devoran colectivamente más energía que algunos estados-nación. Hoy, la electricidad utilizada por los centros de datos representa el 0,3% de las emisiones totales de carbono, y si ampliamos nuestra contabilidad para incluir dispositivos en red como ordenadores portátiles, teléfonos inteligentes y tabletas, el total pasa al 2% de las emisiones globales de carbono”.

En la era de la inteligencia artificial y el desarrollo digital, las conexiones de Internet han traído muchas ventajas prácticas para la humanidad. Y las mismas Naciones Unidas se han puesto como uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que para 2030 todas las personas tengan un acceso seguro y asequible a Internet, que incluya el uso efectivo de los servicios digitales (además cada vez más aumentados y necesarios con el uso de la inteligencia artificial). Pero ¿cómo compaginar ese crecimiento sin que afecte al cambio climático?

Sostenibilidad

González Monserrate explica que “Si bien algunos de los centros de datos más avanzados y de hiperescala, como los que mantienen Google, Facebook y Amazon, se han comprometido a realizar la transición de sus instalaciones a neutrales en carbono mediante la compensación de carbono y la inversión en infraestructuras de energía renovable como la eólica y la solar, muchos de los centros de datos de menor escala carecen de los recursos y el capital necesarios para llevar a cabo iniciativas de sostenibilidad similares. A menudo se han instalado en edificios antiguos no optimizados. Desde la aparición de las instalaciones de hiperescala, muchas empresas, universidades y otros han comenzado a transferir sus datos a hiperescaladores”.

Pero hay más problemas, además del uso intensivo de materiales no renovables, los centros de datos generan contaminación acústica en las poblaciones cercanas ,y también requieren mucha agua (y están ubicadas en comunidades del oeste de EE UU, que han soportado sequías históricas).

Greenpeace y otras organizaciones ecologistas han denunciado incluso a las grandes empresas de hacer más un “ecopostureo” que un compromiso real para resolver los problemas, por más que existen infinidad de iniciativas desde el mundo industrial para bajar las emisiones de Internet, comenzando por Foro Económico Mundial.

El experto en medios Mél Hogan, director del Environmental Media Lab (EML), dice que no se puede dejar en manos de las "grandes tecnológicas" su propia autorregulación, debido entre otras cosas, al incumplimiento de los plazos de promesas anteriores para reducir las emisiones de carbono.

Las regulaciones son muy nuevas y todavía no es posible saber el alcance que tendrán. Un paso importante es el nuevo reglamento de la Comisión Europea sobre el establecimiento de un sistema a escala de la UE para evaluar la sostenibilidad de los centros de datos de Europa. Se publicó en marzo de este año, y “tal como se prevé en la nueva directiva de eficiencia energética, esta legislación secundaria exige que los operadores de los centros de datos notifiquen los indicadores clave de rendimiento a la base de datos europea antes del 15 de septiembre de 2024 y, posteriormente, antes del 15 de mayo de 2025 y años posteriores”, explican desde la Comisión. Por ahora todo está muy verde, en el mal sentido de la palabra.

Los 10 correos electrónicos más "innecesarios" enviados:

1. Muchas gracias

2. Gracias

3. Que tengas un buen fin de semana

4. Recibido

5. Apreciado

6. Que tengas una buena noche

7. ¿Viste/entendiste esto?

8. Saludos

9. Tú también

10. Jajaja

Consejos sencillos para reducir la huella ambiental en Internet:

1. No uses la opción «Responder a todos» si no es necesario. Tus correos contaminan de forma proporcional al número de destinatarios.

2. Cierra todas las pestañas que no estés utilizando en tu navegador.

3. En el momento de escuchar música, puedes descargarte tus canciones preferidas. El consumo offline contamina menos que el online.

4. Comprime los archivos que envíes por correo electrónico.

5. Desactiva la descarga automática de vídeos en tu móvil y la actualización automática de apps y copias de seguridad en la nube. Este último es responsable del 10% del consumo de datos de los smartphones.