El proceso de Agapito G.

El documental arranca con referencias a El proceso, la obra maestra de Franz Kafka sobre Josef K.,y la tentación es pensar: otra vez el tópico.

Pero no: aquí su uso está realmente justificado. El documental sobre la historia de Agapito García Sánchez, el empresario arruinado y con la reputación por los suelos después de tres décadas de tenaz y quijotesca lucha contra la Agencia Tributaria y los poderes del Estado por resoluciones que consideró injustas, amerita este arranque literario y debería servir para poner el foco político en un caso triste, increíble y del que no se han dado ni de lejos las explicaciones necesarias.

Las arbitrariedades en el largo procedimiento —incluso atropellos impropios de un Estado de derecho— han sido continuas frente a un hombre al que el Estado ha humillado presentándole ante la opinión pública como el mayor defraudador del país cuando los hechos probados de la sentencia de la Audiencia Nacional proclamaron que sus operaciones fueron legales. Toda la enorme deuda reclamada por Hacienda —que ha llegado a ser de 29 millones de euros— no tiene su origen, pues, en ninguna operación para eludir el pago de impuestos —como recalcan los “hechos probados”—, sino que se explican sobre todo por los brutales intereses generados ante la firme voluntad del empresario de recurrir hasta sus últimas consecuencias una reclamación que creyó injusta y que se acabó cruzando con algo muy parecido a la razón de Estado.El documental está muy bien construido y realizado. Y es convincente, a pesar de contar con algunos expertos cuya reputación se ha construido más bien en operaciones al servicio de los poderosos, como el abogado ya fallecido Matías Cortés. Sería una pena que la izquierda se dejara llevar por los prejuicios y entregara la bandera del caso a la derecha ultraliberal, que ya ha mostrado su deseo de utilizarlo para su cruzada anti-impuestos. Pero el documental no va de esto ni mucho menos, como subraya el propio Agapito García Sánchez, siempre lúcido a pesar de la adversidad y firme defensor del pago de impuestos en un marco del Estado de derecho que dificulte las arbitrariedades.

Este es el gran mérito de Agapito G.: no plegarse ante las arbitrariedades y disfunciones del poder sin pretender escaquearse de los deberes como ciudadano, ejercer la ciudadanía plena, vaya. La Agencia Tributaria es una institución básica para poder contar con un estado del bienestar y, en general, funciona razonablemente bien. Pero con excepciones aberrantes. Ojalá este documental sirva para abordar los retoques necesarios para que las arbitrariedades dejen de ser posibles. 

Hechos probados

España, 2021

93 min.

Dirección y guion: Alejo Moreno
Producción: Alejo Moreno Produce