‘Parásitos’, retorcida comedia negra sobre la lucha de clases
Bong Joon-Ho presenta una ácida crítica hacia una sociedad intoxicada por el capitalismo más extremo y sumida en una profunda crisis de valores.
La vida con humor es mucho mejor, aunque sea del negro. Parásitos desembarcó en el pasado Festival de Cannes con una propuesta transgresora, mordaz y atrevida, lo que le sirvió para hacerse con la Palma de Oro al mejor largometraje. A lo largo de los siguientes meses fue forjando una sólida trayectoria por festivales de alrededor del mundo, como el de San Sebastián, para seguir sorprendiendo con su retorcido humor bajo el cual se esconde una afilada lectura llena de matices. Recientemente nominada a tres Globos de Oro, entre ellos a mejor película extranjera, director y guión, Parásitos es una película que entremezcla géneros y que se presenta como una ácida crítica hacia una sociedad intoxicada por el capitalismo más extremo y sumida en una profunda crisis de valores.
El cineasta coreano Bong Joon-Ho hila con asombrosa audacia una historia de una familia que vive en un sótano en condiciones muy precarias desde que los padres perdieron su trabajo. Los hijos tratan de encontrar empleos para subsistir y, mientras, sueñan con mejorar su vida y algún día poder ir a la universidad. Con afán de sobrevivir, el hijo de la familia logra entrar, a base de mentiras, en el servicio de una familia adinerada como profesor particular. A partir de ahí, la familia empezará, cual parásito, a ocupar el resto de lugares de trabajo de la lujosa casa.
Boon Joon-Ho lo dispone todo para el irremediable choque de clases. Si bien Parásitos empieza como una divertida comedia negra, poco a poco irá transformándose en un filme con toques de thriller y drama familiar, con un poderoso trasfondo de crítica hacia una sociedad cada vez más deshumanizada desesperada por asaltar el poder.
Estamos frente a un retrato de dos modos de vida que conviven en la actualidad y que sirven a Boon Joon-Ho para cargar contra el capitalismo dominante en el mundo. Y lo hace con un entretejido juego de falsas identidades creando situaciones tan cómicas como incómodas. Con esta doble vertiente, el coreano, autor de The host y Okja, consigue generar complicidad con el espectador gracias a su humor negro a la vez que lo horroriza planteándole dilemas morales que yacen bajo la trama.
A lo largo de sus dos horas de metraje, Parásitos nos transmite un cóctel de emociones y nos propone una serie de lecturas acerca de la realidad a la que se enfrentan millones de ciudadanos. ¿Quiénes son los parásitos? ¿Los que buscan mejorar su vida aunque sea a costa de los demás o aquellos que, con sus acciones y su condición, bloquean cualquier cambio en el sistema imperante que contribuya al ascenso de los desfavorecidos?
Sin duda, Parásitos es una película de obligado visionado para todos aquellos interesados en disquisiciones sobre la condición social jerárquica y las desigualdades que comporta una sociedad basada en el capitalismo más estricto.
Estrenada el pasado 25 de octubre en España, el filme se ha convertido en una de las películas de autor del año, no solo por su calidad cinematográfica y la buena acogida de la crítica, sino también por sus excelentes resultados de taquilla con 1,5 millones de euros recaudados (datos recogidos a 8 de diciembre), lo que todavía la mantiene en cartelera dos meses después de su estreno. En los próximos meses se espera su llegada en DVD y Blu-Ray, así como en plataformas online.