Poco dinero para ayudar a lidiar con el clima
La COP29 eleva a 300.000 millones de dólares la ayuda anual de los países ricos al sur global, pero la cifra queda muy lejos de lo que se necesita
La destructiva dana pasó por Valencia mientras resonaban dos datos alarmante sobre el cambio climático. El primero, que, en 2023, las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), que provocan el calentamiento del planeta, alcanzaron un nuevo récord (57,1 Gt de CO2), el 1,3% más respecto de los niveles de 2022, según el Emissions Gap Report 2024. Este incremento es incluso superior al registrado, de media, en la década previa a la crisis de la covid-19 (0,8% anual). Y dos terceras partes de dichas emisiones correspondieron en 2023 a los países más desarrollados, miembros del llamado G20. El segundo dato franquea una de las referencias de los Acuerdos de París: la subida de la temperatura media del aire en superficie superó en los 10 primeros meses del año los 1,54 ºC respecto de la temperatura previa a la Revolución Industrial, según la Organización Meteorológica Mundial.
Mientras en Valencia se lidiaba con la muerte y el barro, en Bakú (Azerbaiyán), se abría una nueva conferencia internacional sobre el clima, la COP29, muy deslucida. Donald Trump —nada proclive a las negociaciones multilaterales, como demostró ya en su primer mandato— será el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Y EE UU es uno de los principales emisores. Pero, se les escuche mucho o poco, las conferencias de Naciones Unidas son el único foro global donde se da voz sobre la cuestión a los países pobres, más vulnerables a los efectos del calentamiento, con menos recursos para afrontarlos y menos responsables de que las emisiones se hayan disparado en dos siglos.
Ayudas del norte al sur
En juego estaba el dinero que los más ricos (como EE UU, Europa y Canadá) estaban dispuestos a pagar a los más pobres para ayudarles a descarbonizar sus economías y a aliviar el impacto de la emergencia climática. Estimaciones independientes sobre el dinero que se necesita rondan los 1,3 billones de dólares por año. La promesa que habían asumido los gobiernos de territorios más desarrollados, y costó lo suyo, ha sido de 100.000 millones para el periodo de 2020 a 2025. Tocaba actualizar la cifra. Tras una negociación de ultimísima hora que disgustó enormemente a las delegaciones del sur global, de Bakú ha salido una promesa anual de 300.000 millones de dólares, en 2035. La cifra incluye dinero público, pero también inversión privada y créditos. Eso sí, la COP29 llama a "todos los actores a trabajar juntos para permitir el incremento de la financiación de los países en desarrollo en favor de la acción climática, de todas las fuentes públicas y privadas, hasta al menos 1,3 billones de dólares al año de ahora a 2035". ¿Quién sacará la chequera? ¿China, convertida también en gran emisor? ¿Los países del Golfo? ¿Corea del Sur? La COP les "anima" a contribuir, de forma voluntaria. Todo lo demás, un chute hacia adelante.