La descentralización de la toma de decisiones que permite el mercado es, sin duda, una importante fuente de libertad para el comportamiento de los agentes económicos, especialmente si lo contraponemos con los sistemas de planificación central en el que las decisiones están concentradas en una autoridad que planifica y establece directrices sobre qué producir, cómo producir y para quién producir. No obstante, hay que tener cuidado con la máxima de que el mercado es libertad.
El equilibrio entre libertad e igualdad ha sido uno de los grandes debates filosóficos de la historia, y la bandera por una mayor libertad ha sido continuamente ondeada contra gobiernos opresores o contra el poder económico que genera injusticias sociales. Sin embargo, en nuestro capitalismo neoliberal individualista parece que la idea de libertad ha pasado a significar "hacer lo que a cada persona le dé la gana" sin que nadie (y mucho menos el Estado) se inmiscuya en ello.
La libertad, en un contexto social, implica aumentar el derecho de expresión, de acción o de elección, pero teniendo en cuenta que vivimos rodeados de otras personas a las que el...