Habrá quien piense que la obligación de abrocharse el cinturón de seguridad o la de no conducir cuando se ha bebido alcohol son imposiciones paternalistas que cohartan la libertad individual. La cuestión es que con reglas de este tipo muere menos gente en accidentes de tráfico. La sociedad sale ganando, y de ahí que las autoridades intervengan. Pues con la regulación laboral sucede algo parecido. A la economía en su conjunto y las propias empresas les va mejor con una regulación que proteja los derechos laborales.
Sí, el mensaje del profesor de la Universidad de Valencia Adrián Todolí va en línea contraria de lo que venimos escuchando y leyendo desde hace más de cuatro décadas: que en una economía globalizada, para ser competitivo, hay que ser lo más barato posible, además de flexible. Frente a los paladines del derecho laboral, las voces predominantes en la economía predican, siguiendo la estela del Consenso de Washington, la desregulación.
En su doble condición de jurista y economista, Todolí niega la mayor en Regulación del Trabajo y política económica. De cómo los derechos laborales mejoran la...