Incertidumbre: Se avecinan tiempos de dificultades y oportunidades. Un nuevo contrato social europeo debería servir de base para alcanzar la deseada prosperidad sostenible.
Las experiencias de democracia económica, en la que los asalariados participan en la gestión de la empresa, avanzan por el impulso de tradiciones políticas muy variadas y conectan con los nuevos vientos que buscan reformular el contrato social.
Hace un año los 200 mandamases de las grandes multinacionales estadounidenses que integran la Mesa Redonda de los Negocio sorprendieron al mundo con una insólita declaración: “El propósito de las corporaciones no debe ser solo maximizar los beneficios para los accionistas”. Proclamaron que los objetivos de las empresas deben incluir también “compensar justamente a los trabajadores”, “tratar justa y éticamente a los proveedores” y “proteger el medio ambiente acogiendo prácticas sostenibles en nuestras empresas”.