Nuevo esfuerzo para salvar empresas
El temor a que una oleada de quiebras frene la recuperación lleva al Gobierno proporcionar ayudas directas a los negocios más castigados por la pandemia.
El temor a que una oleada de quiebras frene la recuperación lleva al Gobierno proporcionar ayudas directas a los negocios más castigados por la pandemia.
Hace años que el término precariedad entró en nuestras vidas. Era la cara B de la flexibilidad laboral con la que las élites económicas impusieron la demolición de los derechos laborales. Hoy algunos sanitarios nos recordaban que muchos tienen contratos de muy corta duración, con entradas y salidas hacia el desempleo. Las élites elaboraron una teoría que ha tenido éxito: en lugar de precariedad, hablan de dualidad del mercado laboral, con empleos fijos tope guay, por un lado, y otros precarios, por otro.
Aun por esperada, la caída de los cotizantes a la Seguridad Social nos da una magnitud de la tragedia. Sobre todo porque no se trata de personas a las que se ha aplicado un ERTE y, por tanto, van a cobrar una modesta pensión mientras dure el confinamiento, sino que lisa y llanamente se han quedado sin contrato. Muchos no cobrarán nada, a menos que se ponga en marcha otro tipo de subsidios, porque no tendrán el tiempo de cotización requerido para cobrar el desempleo.
A principios de agosto la economía española apenas había recuperado cuatro de cada diez puestos de trabajo destruidos durante el confinamiento. El rebrote de los contagios amenaza con frenar la mejoría.
Recibe cada mes la revista en casa y ten acceso a todos los contenidos online.