Como en Alemania, la extrema derecha crecerá en todo el mundo
Para evitar que la ultraderecha siga creciendo, la izquierda no puede seguir haciendo lo que hace
Decía Franklin D. Roosevelt, presidente de EE UU de 1933 a 1945: "En política, nada sucede por accidente. Si sucede, puede apostar a que fue planeado de esa manera".
Con el ascenso de la extrema derecha ocurre igual. No podría darse si no tuviese el apoyo, como lo tiene, de los grandes capitales que la sostienen y financian.
La significativa victoria que acaba de obtener en Turingia (Alemania) no es casualidad, como tampoco es un accidente que, en conjunto, sea la segunda fuerza del Parlamento Europeo y su influencia aumente en todo el planeta.
Como he explicado con detalle en mi último libro, Para que haya futuro (Deusto Ediciones), la razón de su ascenso tiene que ver con dos factores principales. En primer lugar, con el proceso de creciente desposesión que vienen sufriendo las clases trabajadoras, las llamadas "clases medias", los pequeños y medianos empresarios, los trabajadores autónomos y microempresarios, e incluso una buena parte de los profesionales y pequeños directivos, en favor de una parte muy reducida de la población que acumula cada día más riqueza y poder.
Durante años, ese proceso se disimuló y legitimó...