Las opciones para la educación de niños de cero a tres años no tienen por qué reducirse a guarderías masificadas ni la gente mayor tiene por qué vivir en residencias privadas. Hay toda una vida de alternativas.
Ni en todas las empresas manda el capital ni los planes empresariales de cierre tienen que acabar necesariamente con el trabajador en el Fogasa. Las cooperativas son otra forma de ver la empresa, más democrática y resistente a la crisis.