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Así trató de silenciarme Google

Ariel Koren, exempleada de Alphabet, denuncia represión y censura sistemáticas en el gigante tecnológico.

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Octubre 2022 / 106
Así trató de silenciarme Google

Fotografía
Max Renn

O se iba a Brasil, o se quedaba sin trabajo. Tenía que decidir si lo dejaba todo en San Francisco (EE UU) para irse a São Paulo. Su jefe le había dado 17 días para responder, pero no esperó a que lo hiciera: dos días después de ponerla en la encrucijada, informó al equipo de que la trabajadora renunciaba a su puesto. En realidad, nadie la esperaba en São Paulo. 

Así lo relata Ariel Koren, exdirectora de marketing del área de productos educativos de Google. Koren, de origen judío, asegura que ese supuesto cambio laboral era un castigo por haber iniciado una protesta contra el proyecto Nimbus, un polémico contrato de Google y Amazon con el Gobierno israelí por valor de 1.200 millones de dólares. “Yo no tomé la decisión de irme, lo hice porque no me quedaba otra”, afirma Koren en entrevista con Alternativas económicas.

“Todo el mundo sabe que esto es una represalia por haber sido una figura muy visible contra la censura de personas palestinas y contra varios proyectos de Google por vulnerar los derechos humanos”, afirma. Su protesta contra Nimbus fue —dice— la gota que colmó el vaso. Además, la exempleada de Google había conseguido movilizar a una buena cantidad de gente para pedir su cancelación. “La compañía me hizo esto para lanzar un mensaje: exigir a Google que se ponga a la altura de sus valores como empresa tiene castigo”. Sin embargo, le salió mal. “En lugar de silenciarlos, los animó”, dice Koren. Más de 25.000 personas firmaron una petición pública para apoyarla.

En el centro de la controversia, hay un contrato con el Gobierno israelí

 
El sindicato Alphabet Workers Union informó de los hechos a Anna Eshoo, la congresista que representa el distrito de Silicon Valley, en California, donde se ubica la sede de Google. Eshoo también pidió a la compañía el cese de represalias contra Koren, según afirma esta. Tras publicar su carta de renuncia en el medio digital Business Insider, las protestas fueron a más. Cientos de trabajadores de la empresa en San Francisco, Nueva York, Seattle y Carolina del Norte se manifestaron contra la dimisión forzada de Koren y contra Nimbus. 
Google lo niega. "Nuestra investigación determinó que no hubo represalias en este caso. Una agencia gubernamental también desestimó este caso cuando la empleada presentó una reclamación alegando que había sufrido represalias”, afirman. Koren sostiene que la tecnológica solo trata de deslegitimar su caso. “Para la investigación interna, Google contrató a un abogado propio y, para la investigación externa, se negaron a proporcionar las evidencias necesarias al comité de investigación y no permitieron que los investigadores externos hablaran con mi jefe”, relata.
 
Controvertido historial 
Sobre el proyecto Nimbus, la tecnológica insiste en que su objetivo es proporcionar servicios de su nube pública a los ministerios israelíes, y “no está dirigido a cargas de trabajo altamente sensibles o clasificadas”. Koren lo desmiente: “Están escondiendo la verdadera índole del contrato: proporcionar herramientas de inteligencia artificial de vigilancia muy poderosas a un Gobierno que viola derechos humanos y leyes internacionales diariamente”. 
La revista electrónica The Intercept  investigó dicho contrato y su conclusión da la razón a la exempleada. El autor de la investigación apunta que el propio Gobierno de Israel declaró que Nimbus está destinado a proporcionar soluciones, entre otras, al área de defensa. Los documentos analizados por este medio indican que la colaboración con Google y Amazon “dará al país capacidades para la detección facial, la categorización automática de imágenes, el seguimiento de objetos e incluso el análisis de sentimientos para evaluar el contenido emocional de las imágenes, el habla y la escritura”.

La denuncia habla de acoso a los defensores de los derechos humanos

 
El proyecto Nimbus no es el único que ha movilizado a los trabajadores de Google. En 2018 lo hizo Dragonfly, un contrato de Google con China para desarrollar un buscador online censurado. La voz de alerta la levantó Jack Poulson, entonces empleado de Google que, como Koren, renunció a su puesto. Hubo protestas en todo el mundo y hasta el vicepresidente estadounidense mostró su preocupación por el proyecto, que Google aseguró haber cancelado.
Cuestionado fue también el proyecto Maven de Google con el Departamento de Defensa de EE UU. Su objetivo era proporcionar inteligencia artificial para interpretar imágenes de vídeo, algo que también podría usarse para mejorar la orientación de los ataques con drones. Más de 3.000 empleados de la empresa firmaron una carta en la que instaban a renunciar al contrato y a comprometerse a no construir tecnologías de guerra. Al final, la compañía decidió no seguir con el proyecto. “Estos antecedentes nos recuerdan que es posible que se tengan en cuenta las voces de los trabajadores. Si lo han hecho en el pasado, podrían hacerlo ahora con Nimbus”, reclama Koren.
 
"Apartheid tecnológico"
La exempleada de Google denuncia que la empresa silencia sistemáticamente las voces palestinas, judías, árabes y musulmanas preocupadas por la violación de derechos humanos. “El día de mi renuncia, un grupo de 15 trabajadores palestinos, musulmanes y judíos antisionistas compartieron anónimamente —por miedo— sus experiencias de represión”, cuenta. 
Los testimonios están recogidos en la web Jewish Diaspora in Tech, puesta en marcha en el año 2020 por Koren y otros judíos antisionistas. La iniciativa —en la que participan personas de la industria tecnológica favorables a la libertad palestina— surgió por la frustración de empleados judíos de Google que se sentían censurados. 
Koren denuncia que cualquier persona que se exprese a favor de la libertad palestina en Google puede ser acusada de antisemitismo. Critica que el área de la compañía que supuestamente vela por la diversidad, la equidad y la inclusión no sirve a su propósito. “En el grupo de judíos, los líderes son sionistas extremistas que han institucionalizado una regla: que cualquier crítica al Gobierno israelí es un acto de antisemitismo. Solo están representando ideologías favorables a la ocupación de Palestina y silenciando al resto”, asegura. Lo llama "el apartheid tecnológico israelí".
La misión del buscador es “organizar la información del mundo y hacer que sea útil y accesible para todos”, lo que choca con el relato de Koren y con proyectos puestos en marcha por la compañía. “Es muy grave que el buscador de información más grande del mundo esté participando en una censura sistemática. Es un problema y una amenaza a la distribución de información libre”, concluye.
 

Proyectos polémicos de Google
 

Nimbus  (Israel)
Polémico contrato de Google y Amazon con el Gobierno israelí por 1.200 millones para dar soporte en materia de defensa.
 
Dragonfly  (China)
Acuerdo con el Gobierno chino para desarrollar un buscador online censurado. Google asegura haberlo cancelado.
 
Maven (EEUU)
Contrato de Google con el Gobierno de EE UU para proporcionar inteligencia artificial capaz de interpretar imágenes de vídeo.