Eurosistema: una ilusión bienintencionada pero defectuosa
La unión bancaria es importante, pero servirá de poco si la actual arquitectura institucional del euro se mantiene
La idea de que una unión monetaria entre Estados soberanos podía funcionar era seductora, pero también arrogante por carecer de apuntalamiento político. En palabras de Martin Wolf, una moneda es el producto de un Estado y una forma de gobierno. Debe venir después de su creación. Sin embargo, unos europeos decidieron poner el carro antes que los bueyes al crear una unión monetaria antes de la propia unión de los Estados.
Tener un banco central (BCE) sin gobierno y una moneda (euro) sin Estado tuvo consecuencias terribles para españoles e irlandeses. A la primera crisis que debió enfrentarse el euro se le encontró una rápida y errónea causa: era una crisis fiscal. Y, bueno, salvo el caso de Grecia, fue una crisis bancaria con consecuencias fiscales. Como se resolvió aquella crisis en la Unión Europea sería impensable en EE UU.
La crisis de 2008 estuvo asociada a una expansión monetaria provocada por la banca; ahora tenemos una expansión monetaria provocada por el Eurosistema. Tanto entonces como ahora se ignoraron los efectos de esas expansiones sobre el precio de los activos. La unión bancaria es importante, pero...