Vidas truncadas en la semana negra de la Transición

Arturo Ruiz tenía 19 años y trabajaba de albañil mientras terminaba el bachillerato. María Luz Nájera tenía 20 y estudiaba tercero de ciencias políticas. En la mañana del 23 de enero de 1977, un disparo efectuado por un pistolero ultraderechista acabó con la vida de Arturo en pleno centro de Madrid, cerca de la Gran Vía, durante una manifestación a favor de la amnistía de los presos políticos. Al día siguiente, en una marcha de protesta por el asesinato de Arturo y a escasos metros del lugar del crimen, María Luz moría a causa del impacto en la cabeza de un bote de humo disparado a corta distancia por un agente de la policía antidisturbios. Esa misma tarde, tres matones de extrema derecha irrumpían en un despacho de abogados laboralistas de CC OO en la calle de Atocha y asesinaban a sangre fría a cinco personas: Luis Javier Benavides, Serafín Holgado, Ángel Rodríguez Leal, Francisco Javier Sauquillo y Enrique Valdelvira.

Han pasado 47 años, pero la memoria de aquellos días sangrientos, bautizados como la Semana Negra de Madrid, sigue viva. Un documental recién estrenado recuerda lo sucedido y da a conocer la pugna de los familiares de Arturo y de otras víctimas para que se persiga y condene a los culpables, hasta hoy infructuosa. Producida por la cooperativa Atrapasueños y promovida por el Colectivo por los Olvidados de la Transición (COT), la película cuenta también con el testimonio de Alejandro Ruiz-Huerta, único superviviente de la matanza de Atocha que sigue vivo, y de Javier, hermano de Ángel Almazán, un joven vallecano asesinado a golpes por la policía el 15 de diciembre del 1976. Las actrices Amparo Climent, Gloria Vega, Susana Martins y Chupi Llorente interpretan varios episodios dramatizados, mientras que la banda sonora corre a cargo de Bernardo Fuster y Luis Mendo, miembros del histórico grupo Suburbano.

Impunidad

El documental sido posible gracias, sobre todo, al empeño de Manuel Ruiz, hermano mayor de Arturo, recientemente fallecido, que no llegó a verlo terminado. Coincidiendo con el aniversario del asesinato del joven, el estreno tuvo lugar el pasado 23 de enero, en el cine Palacio de la Prensa, muy cerca del lugar de los hechos y de la placa que lo recuerda.

Arturo Ruiz, María Luz Nájera, Ángel Almazán y los abogados de Atocha son solo algunas de las 270 personas muertas a manos de grupos de extrema derecha y de las fuerzas de seguridad durante los años inmediatamente posteriores a la muerte de Franco, según datos recopilados por el COT. La mayoría de esas muertes siguen impunes. Sin ir más lejos, la Audiencia Nacional rechazó recientemente la petición de la familia de Arturo Ruiz para detener y procesar a su asesino, José Ignacio Fernández Guaza, que reside en Argentina con nombre falso, con el argumento de que el crimen ha prescrito. La familia tiene previsto recurrir ante el Tribunal Constitucional.

En contraste con la indignación que genera ver la impunidad con que se comportaban los ultraderechistas y los sectores más reaccionarios de la policía y la Guardia Civil de la época, resulta conmovedor ver el esfuerzo de los familiares por encontrar la justicia que se les ha negado hasta ahora. Para el COT, aquellos asesinatos no fueron un hecho aislado, sino fruto de un plan urdido en las altas instancias del poder para frenar la democratización del país, y por ello exige un reconocimiento de la responsabilidad del Estado en lo sucedido.

Cualquier joven que participase en las manifestaciones que tuvieron lugar en aquellos años en toda España podría haber corrido la misma suerte que Arturo, María Luz o Ángel, que hoy disfrutarían de su jubilación de no haber perdido la vida en circunstancias tan trágicas. Este filme es un recordatorio de que la democracia en la que vivimos se la debemos a personas como ellas y a tantas otras que se quedaron en el camino. Ojalá sirva para que no caigan en el olvido.