La oportunidad del fútbol femenino
Los progresos de la Liga F son alentadores, pero urge un plan ambicioso para impulsar un modelo más igualitario e inclusivo que la competición masculina
El fútbol femenino en España no es nuevo, aunque durante décadas ha estado invisibilizado y relegado a un segundo plano. Desde la fundación de la primera liga femenina, en el año 1988, han sido muchas las jugadoras, entrenadoras y activistas que han luchado por abrir camino en un entorno dominado por estructuras masculinas, tanto en lo institucional como en lo mediático.
Sin embargo, no fue hasta la victoria histórica de la selección nacional en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda, en 2023, cuando el fútbol femenino irrumpió con fuerza en la conciencia colectiva de la sociedad española. El equipo está plenamente consolidado en la élite internacional: aunque perder la final en los penaltis contra Inglaterra dejó un mal sabor de boca, el reciente subcampeonato europeo ha vuelto a demostrar la potencia sensacional de un bloque, que, además, tiene muchos años por delante.
El triunfo en el Mundial, con figuras como Alexia Putellas y Aitana Bonmatí —galardonadas como las mejores futbolistas del mundo— al frente, ya debería haber sido de por sí un punto de inflexión para consolidar un proyecto deportivo justo,...