¿Merece la pena albergar los JJ. OO.?

Los macroeventos deportivos prometen grandes transformaciones y beneficios para los países que los acogen, pero las expectativas raramente se cumplen y, a menudo, dejan abultadas facturas, económicas y sociales

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Fuego olímpico

Ilustración
Lola Fernández

JJ. OO., ¿quién paga la fiesta?

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Por Jérôme Latta

Un empujón en una carrera de fondo

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Londres: gentrificación olímpica

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