Una ciencia económica cada vez menos creíble
Tres estudios arrojan serias dudas sobre la calidad de los trabajos empíricos publicados por los economistas. Es un problema para la ciencia, pero también para la democracia
Cada vez más investigaciones relativizan la calidad de los estudios empíricos producidos por los economistas. Teniendo en cuenta el papel que estos desempeñan y sus recomendaciones en el debate público, ello plantea problemas serios tanto para la credibilidad de la profesión como para la democracia.
Hasta tres estudios recientes vienen a cuestionar la calidad del giro empírico que ha tomado desde hace algunas décadas una ciencia económica que durante mucho tiempo fue abstracta y basada en modelos teóricos.
El primero1, muy técnico, buscaba medir la calidad estadística —la “robustez”, como dicen los expertos— de artículos publicados en el American Economic Review, considerado el grial de la profesión, en los años 2013 y 2022/2023. Los resultados son extremadamente decepcionantes: la calidad del trabajo estadístico es, en general, baja, aunque con grandes variaciones. En dos artículos incluso se detectaron “problemas potencialmente significativos en la recolección de datos”. Y no se observan mejoras entre los dos periodos estudiados, separados entre sí por una década.
Manipular las estadísticas
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