Gustave Eiffel. No solo torres
El ingeniero francés fue, ante todo, un hombre de negocios innovador. Su época de esplendor coincidió con el desarrollo del ferrocarril en todo el mundo
La historia de la torre construida para la Exposición Universal de 1889 resume los conocimientos técnicos que Gustave Eiffel adquirió y los éxitos que cosechó a lo largo de una larga carrera. Procedente de una familia de empresarios —su madre se enriqueció con el comercio de la hulla y su tío era dueño de una fábrica de productos químicos— y habiendo bebido de esa cultura, ingresa en la École Centrale des Arts et Manufactures, de la que sale como ingeniero a los 23 años, en 1855. Al año siguiente, gracias a una relación de negocios de su madre, entra en una empresa de construcción de material ferroviario que pronto es adquirida por otra mayor en la que Eiffel es jefe de proyectos. En esa calidad, dirige la construcción del puente del ferrocarril de Burdeos, sobre el río Garona, con una longitud de 500 metros. Emplea una técnica de construcción de los cimientos sobre pozos de cimentación empotrados en el suelo con ayuda de aire comprimido, especialmente útil cuando se trata de un medio acuático. Esa misma técnica se empleará en los cimientos de los cuatro pies de la famosa torre.