A la actual fase de nuestro sistema económico se le suele denominar capitalismo financiero y globalizado. Financiero, porque la esfera financiera ha adquirido un protagonismo mayor que la de la producción de etapas anteriores y globalizado porque se han intensificado enormemente las relaciones internacionales no solo en el ámbito económico (comercial, financiero, tecnológico, etc.) sino también en el político o cultural. Desde nuestro occidental punto de vista, parece que este proceso recorre todos los rincones de nuestra aldea global, pero ni es un proceso que haya llegado a todos los habitantes ni los beneficios que genera se reparten de forma equilibrada.
Para empezar, hay que recalcar que la globalización ha favorecido el libre movimiento de bienes, servicios y capitales pero no parece que genere tanta permisividad para el movimiento de personas. Al menos para aquellas que no tienen dinero.
Por otro lado, el mercado globalizado ha permitido el crecimiento económico y el desarrollo social de millones de personas, pero de manera escandalosamente desigual. La parte más débil, aunque sea la que posee los recursos...