En los últimos años, la izquierda parece a menudo perdida en un sinfín de debates muy intelectuales que generan barreras tribales y falsas dicotomías entre luchas que solían discurrir juntas y que, de pronto, aparecen como banderas en trincheras irreconciliables.
Este libro va en dirección contraria: escrito por una politóloga joven nacida en Portugal y curtida en la Universidad Complutense de Madrid y en el barrio de Carabanchel, que exhibe con orgullo su adscripción a la clase obrera y a las periferias urbanas, supone una especie de grito generacional para volver a conectar todas estas luchas en un marco de conciencia de clase y, sobre todo, enlazarlas con la experiencia cotidiana de gente de carne y hueso que lucha para salir adelante día a día. Y con el foco puesto en las mujeres, que deben hacer frente a un terreno de juego especialmente adverso, que parece definido para dejarlas siempre en los márgenes.
El feminismo como motor
En realidad, el motor de esta renovada lucha de clases no sería ya estrictamente el conflicto entre capital y trabajo, sino el feminismo con conciencia de clase, que vendría a ser una...